Madrid: los mejores de… todos los tiempos
Un amigo muy querido de Aguascalientes me invitó, ayer, a mirar ese partido tan decisivo y tan trascendente de la gran final de la Champions: ¡el Madrid contra la Juve, ay mamá!…
El hombre es una contradicción viviente: habla catalán todo el tiempo, se la pasa veraneando en Sitges o en cualquier balneario de la hermosísima costa Brava pero, eso sí, a la hora de la hora, es un seguidor fanático e incondicional del Real Madrid.
No hay que juzgarlo con excesiva dureza a mi compañero, señoras y señores, porque todos nosotros tenemos rasgos que se oponen directamente a nuestra inocente apreciación de la realidad cotidiana. Pero, miren ustedes, las cosas son lo que son, y esa duodécima conquista del trofeo de la Champions League viene siendo, ni más ni menos, una certificación universal de la grandeza del equipo merengue.
Me faltarían, a mi entender, dos jugadores clave en el medio campo del Madrid: Di María y Özil, destronados de manera inexplicable, supongo, por un Florentino Pérez que se inmiscuye demasiado en cosas que no le competen. Pero, de cualquier manera, los merengues, aquí y ahora, son los mejores del mundo entero y ayer lo demostraron ampliamente: conquistaron, ni más ni menos, que su décimo segundo título de Champions. No hay equipo en el universo que se les acerque, señoras y señores. Hubo emoción, sin embargo, porque los pupilos del señor Allegri se plantaron muy bien en la cancha y, en los primeros momentos del partido, parecía que los merengues no iban a poder traspasar tan formidable línea defensiva. Pero, miren ustedes, apareció el talento, de uno y otro lado, y el marcador se igualó gracias a dos golazos de Cristiano Ronaldo y, luego, de Mandazukic.
Después, ¿qué pasó? Pues, que el Madrid se puso las pilas y que, en un segundo tiempo de fortísimas emociones, demostró el poderío que se le supone al mejor equipo de la historia del futbol mundial.
Ya no hay nada qué decir: los merengues son los triunfadores absolutos. Pues eso.