Tamaulipas sigue los pasos de Coahuila contra la trata
Reconocemos al Congreso estatal que el 31 de mayo pasado aceptó por unanimidad el proyecto presentado por el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca para prohibir la instalación y funcionamiento de giros negros
María fue secuestrada en su país natal, en Centroamérica. Cruzó México de sur a norte con un grupo de mujeres también secuestradas. Cada una fue entregada a diferentes establecimientos nocturnos controlados por mafias en todo el país. María fue de las últimas: a ella la explotaron sexualmente en los giros negros Danash y Lipstick localizados en Tamaulipas. Después fue obligada a pasar droga de un estado a otro. Luego la forzaron a convertirse en la “novia” de uno de los líderes criminales.
Presenció asesinatos y torturas, la violencia que cometieron contra ella aún la carga en su cuerpo, pero sobrevivió. Sobrevivió a siete años de esclavitud bajo el poder de dos organizaciones criminales, Los Zetas y el cártel del Golfo. En Tamaulipas María lo vio todo, vio lo que ninguna persona debería atestiguar.
Hace años que el estado es uno de los más violentos del país. Las disputas entre los cárteles lo han convertido en una auténtica zona de guerra donde la trata, como los demás delitos, va en aumento. Por eso, porque miles de jóvenes, como alguna vez lo fue María, aún son explotadas para “divertir” y enriquecer a unos cuantos, hay que aplaudir las reformas legales que el poder legislativo tamaulipeco acaba de aprobar.
El 31 de mayo, el Congreso de Tamaulipas aceptó por unanimidad el proyecto presentado por el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca para prohibir la instalación y funcionamiento de giros negros en la entidad. Con este propósito se reformó el artículo 134 de la Constitución estatal, así como varios de la Ley para el Desarrollo Urbano y de la Ley Reglamentaria para Establecimientos de Bebidas Alcohólicas.
En Tamaulipas se ha llegado a la conclusión de que para detener los extremos niveles de violencia se precisan medidas firmes, estrategias que corten las raíces mediante las que se alimenta económicamente la delincuencia organizada. Como lo expone el testimonio de María, estos lugares, incluso cuando son franquicias de cadenas estadunidenses, son controlados por las redes delictivas. Son centros de lavado de dinero, de negociaciones entre capos, así como sitios de venta y compra de sustancias ilícitas y seres humanos.
De esta manera, Tamaulipas está siguiendo los pasos de Coahuila. Desde sus primeros meses, la administración de Rubén Moreira clausuró decenas de giros negros. En un principio fue duramente criticado. Por ejemplo, en una conferencia que Unidos contra la Trata impartió en la UAdC, un líder estudiantil acusó al gobernador de “moralino” y de eliminar fuentes de diversión para los jóvenes. Un año después, cuando regresamos a esta universidad, el mismo joven nos dijo que se había equivocado: la violencia había disminuido, se sentía más seguro al caminar por su ciudad y, al igual que él, muchos jóvenes habían optado por entretenimientos sanos que no ponían ni su vida ni la de nadie más en riesgo.
En efecto, en 2014, el número de homicidios cometidos por el crimen organizado en la entidad descendió 77%. Además, según el Mexico Peace Index, desarrollado por Vision of Humanity, Coahuila fue de los estados más violentos entre 2011 y 2012, mientras que ahora es uno de las cinco más pacíficos.
Creemos que esto es lo que quieren las autoridades de Tamaulipas para su gente, un lugar pacífico donde sí se pueda vivir. Y creemos, como ellos, que el cierre de giros negros es necesario.
Según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, hay mil 185 mujeres a las que se les vio por última vez en Tamaulipas. 554, casi la mitad, son menores de edad. Muchas de ellas podrían encontrarse en los giros negros donde María fue explotada sexualmente y que en completa impunidad continúan operando. Esperamos que las reformas aprobadas el 31 de mayo terminen con esta injusticia.
Toda reforma debe estar encaminada a hacer leyes más humanas. Hay que reconocer el acierto de Tamaulipas al no criminalizar a las personas en situación de prostitución, pues así no se pierde de vista que quienes deben ser castigados son quienes explotan a otros. Al igual que la ley francesa, que consideramos la más moderna en el combate a la trata, debemos preocuparnos por que el derecho de las víctimas a reconstruir sus vidas sea garantizado.
En ese sentido, México será reconocido internacionalmente en la Cumbre de Malta sobre los modelos y las mejores prácticas para eliminar la esclavitud moderna y restablecer la dignidad de las víctimas, la cual ha exhortado a los países a adoptar nuestro protocolo para la reintegración de sobrevivientes de trata con fines de explotación sexual.
Unidos contra la Trata contribuyó a la reintegración de María, cuya historia estremeció al mundo entero y fue motivo de un reportaje especial de la BBC, 360º: Inside the Horrors of Human Trafficking in México. Hace un año, cuando regresó a nuestro país, Unidos pudo ayudarla a obtener su visa humanitaria y una máquina de coser industrial para comenzar su propio negocio. En esas fechas, el gobernador Cabeza de Vaca la conoció y el encuentro le confirmó lo urgente que era impulsar una ley como la que recién se aprobó en su entidad.
En Tamaulipas se ha comprendido que nuestras leyes no pueden esconder una doble moral que tolera formas de explotación con la excusa de que son “negocios”. Por desgracia, siempre estará latente que legisladores de todos los niveles acepten proteger los intereses de los seudoempresarios. Por eso, hay que reconocer al pleno legislativo de Tamaulipas. Su voto por unanimidad le está dando fuerza a esta ley. No es una sola persona la que quiere terminar con esta situación, son muchas las que dicen: ¡basta de proteger intereses económicos de las mafias!
En ninguna asamblea estatal, mucho menos en el Congreso de la Unión, los legisladores deben ceder a manipulaciones de extranjeros. Nuestras leyes no deben “acoplarse” a ninguna legislación que criminaliza a las víctimas, tal como sucede en Estados Unidos, donde ellas, aun siendo menores de edad, son detenidas y fichadas por la policía en seis estados. ¿Quiénes pagan sus fianzas? Los tratantes, por supuesto, pero a ellos o a los clientes explotadores nadie los cuestiona.
¿Queremos eso para México, que quienes sufren explotación sean revictimizados?
Hace unos días, Ivanka Trump visitó la Academia Pontificia de las Ciencias y se comprometió a participar en una cumbre que abordará este tema. Debemos esperar a los cambios que la nueva administración estadunidense efectuará y que probablemente buscarán hacer más humanas y justas sus leyes teniendo como centro a las víctimas.
Por ahora, en Tamaulipas se ha dado un valiente paso, que es el cierre de giros negros. Reconocemos el valor del gobernador García Cabeza de Vaca y del Congreso estatal al aprobar por unanimidad estas reformas. Una vez más, la voluntad no depende de partidos. Este acto evidencia que Tamaulipas ya no puede vivir con miedo y que ha llegado el momento de romper las cadenas que sujetan los mercaderes de seres humanos. Como Coahuila, Estado de México, Chiapas y ahora Tamaulipas, los estados que deseen frenar la violencia deben aprobar leyes que pongan fin al negocio de la esclavitud moderna, la trata de personas. Sin temores y sin presiones, no demos #NiUnPasoAtrás en nuestras leyes. Que todas las reformas sean siempre con el fin de castigar toda la cadena de explotación y regresar a las víctimas su dignidad. Viva Tamaulipas libre. Todos podemos denunciar trata al 01800 5533000 o en unidoshacemosladiferencia. com. m *Presidenta de la Comisión Unidos Contra la Trata AC Twitter @rosiorozco