Y… no pasa nada
En lo que va del año se han realizado más de 200 mil llamadas para extorsionar ciudadanos. Se han detectado 11 mil cuentas bancarias de estos extorsionadores.
En lo que va del año se han amotinado en 10 ocasiones reos en cárceles mexicanas, contabilizando también tres fugas de presos de alta peligrosidad. En el último motín, ¡lo imposible!, policías estatales de Tamaulipas fueron recibidos a ¡balazos! por los internos del penal de Ciudad Victoria. No recuerdo un hecho así en México; la balacera duró ocho horas.
En lo que va del año la Ciudad de México ha elevado sus niveles de delincuencia y violencia, —aunque Miguel Ángel Mancera pretenda creer otra realidad— de forma alarmante. Ninguna delegación política de la ciudad se salva.
En lo que va del año aumentaron de 22 a 24 los estados donde la delincuencia vive la mejor de las impunidades, y a pesar de que en tres de éstos habrá pronto “cambio de gobernador”, la realidad criminal seguirá siendo la misma, ya que nadie paga ni se responsabiliza.
En lo que va del año la ordeña de hidrocarburos llegó a su máximo nivel de impacto y amenaza nacional, aunque también llegó al máximo el cinismo e irresponsabilidad en los tres niveles de gobierno.
En lo que va del año no se alcanza a entender la importancia de promulgar la Ley de Seguridad Interior. El juego malévolo de gobernadores y alcaldes con sus senadores y diputados es una terrible debilidad para el país.
En lo que va del año soldados, marinos y pilotos no han cejado en su esfuerzo por responder a todas las necesidades y urgencias que se les encomiendan. Son muchas y nadie las resuelve.
En lo que va del año siguen matando a efectivos de las fuerzas armadas. Siguen sin ver a sus familias. Siguen deteniendo “culeros” que a la vuelta de la esquina los jueces los liberan para que sigan jodiendo al país.
En lo que va del año y pasadas las elecciones, quienes seguirán dando soluciones reales a la sociedad son las fuerzas armadas. Cabo de Guardia ¿Qué pasó en realidad en el penal de Ciudad Victoria?
No será que al grupo criminal que gobernaba el penal, alguien le quiso imponer a otro grupo, desatando un infierno que solo refleja quién manda en Tamaulipas. Los soldados fueron a poner las cosas en orden. Como siempre. M