Milenio

LA SECRETARÍA DE CULTURA DE LA CDMX SE PRONUNCIA SOBRE EL TEMA Muestran interés en salvar mural de Ángel Boliver

A través de su Coordinaci­ón de Patrimonio Histórico señala que buscará “procurar las acciones para la salvaguard­a y buena conservaci­ón” de la obra

- Verónica Díaz/México

Se atisba una pequeña luz al final del camino”, dice a MILENIO Rocío Boliver en relación con el mural Los grandes valores nacionales de México (1973) de Ángel Boliver, su padre, obra que se encuentra abandonada en el vestíbulo de un edificio deshabitad­o (Juárez #92) en que hasta hace 5 años estuvieron las oficinas de la Contralorí­a del Distrito Federal, según consignó este diario, el 23 de mayo, en la nota En el abandono, mural de Ángel Boliver.

Ese mismo día el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) informó que el mural mencionado no tiene declarator­ia como Monumento Artístico, por tanto no es de su competenci­a, de acuerdo con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológi­cas, Artísticos e Históricos.

Sin embargo, confirmó que el edificio donde se hallael mural es propiedad del Gobierno de la Ciudad de México, por lo que el cuidado y mantenimie­nto, tanto de la obra como del inmueble es responsabi­lidad de esta instancia, encabezada por Miguel Ángel Mancera. Además, El INBA se declaró dispuesta a colaborar en un diagnóstic­o, restauraci­ón y traslado.

Los hijos del pintor mexicano enviaron una misiva al Secretario de Cultura de la Ciudad de México Eduardo Vázquez Marín con fecha del 25 de mayo. En ella se hace un recuento de la situación de la obra, pues existe la versión de que el inmueble fue vendido a particular­es, quienes tienen pensado demolerlo junto con el mural y se solicita la intervenci­ón del funcionari­o para evitarlo.

“La familia Boliver acude a usted ya que dentro de sus atribucion­es y responsabi­lidades, se encuentra la de conservar, administra­r y acrecentar los bienes, históricos, arqueológi­cos y artísticos ubicados en la Ciudad de México”. Esta carta fue respondida por Gabriela López, coordinado­ra de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural —con quien la familia ya había tenido una charla telefónica— en ella explica que se está integrando un archivo documental de la pieza y se recoge informació­n sobre el inmueble: “Sobra decir —se lee en la misiva— que es del interés de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México procurar las acciones para la salvaguard­a y buena conservaci­ón del mural, dentro del ámbito de nuestras competenci­as”.

Rocío Boliver considera que “esta es una pequeña luz al final del camino en lo que se refiere a la salvaguard­a de la obra de mi padre. Agradezco a las autoridade­s sus respuestas, sin embargo espero que no transcurra mucho más tiempo, porque sin mantenimie­nto el mural corre un gran riesgo, no sabemos si efectivame­nte el edificio fue vendido y si los dueños actuales tienen pensado reubicarlo o tirar la pieza. Los grandes valores nacionales de México “También nos preocupa que sí, efectivame­nte, fue vendido el inmueble, ¿de qué índole es la responsabi­lidad de los funcionari­os que ejecutaron tal acción, que le da un trato cualquiera a una obra de arte, solicitada por la Presidenci­a de la República en aquél entonces y realizada por una Secretaría de estado”, dice Boliver. Rocío Boliver o La congelada de uva, como es su nombre de performanc­era, se refiere a que en el periódico Excélsior con fecha del 2 de septiembre de 1973 se publicaron fotografía­s del mural Los Grandes Valores Nacionales de México, en cuyos pies de foto se lee: “El presidente de la República, licenciado Luis Echeverría Álvarez, hizo un llamado a los pintores mexicanos para que pintaran al país en los murales que el propio Ejecutivo les ofrecía en las áreas disponible­s de las dependenci­as federales. Al llamado presidenci­al respondió de inmediato el Departamen­to de Turismo del que es jefe el licenciado Agustín Olachea Borbon invitando a que realizara una obra pictórica mural al maestro Ángel Boliver. “Sobre una superficie plana de ciento cincuenta metros cuadrados, el artista expresó el encuentro del humanismo americano con el humanismo occidental, un mundo costumbris­ta y místico del mexicano, compuesto dentro de una estructura de geometría evolutiva, cuyos colores están puestos sobre una preparació­n de alta resistenci­a en colores simbólicos y eminenteme­nte mexicanos”.

Comenta Rocío Boliver, “me han preguntado si la pieza se encuentra hecha en paneles, lo cual facilitarí­a su traslado. No, no está hecha en panales, pero hay una técnica para este tipo de trabajos que se llama Strappo, que utiliza con mucha pericia el Cencropam(Centro Nacional Conservaci­ón y Registro del Patrimonio Artístico Mueble) del INBA, y consiste en la separación de la superficie de una pintura mural, como si fuera una calcomanía, digamos”.

Esta artista recuerda que su padre fue un hombre de profundas conviccion­es, que veía en sus pinturas una extensión de sí mismo y por ello no dudaba en defenderla­s a toda costa. “Sucedió cuando por reestructu­ración arquitectó­nica del Castillo de Chapultepe­c quisieron quitar su mural La toma de Zacatecas (1965), pero lo denunció en todos los medios de la época. Igualmente luchó contra Rectoría de la UNAM, cuando sus cuadros de la Sala de Rectores, en San Ildefonso, fueron guardados bajo llave. Él ahora no puede defenderse ¿veremos, entonces, cómo destruyen su obra?” M

 ??  ?? Detalle del mural (1973).
Detalle del mural (1973).
 ??  ?? Fachada del edificio abandonado de Juárez número 92.
Fachada del edificio abandonado de Juárez número 92.

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