BIBLIOTERAPIA
Hay quienes expresan que una persona es lo que come y en ese mismo contexto podría decirse que también somos lo que leemos. Este libro trae una encomienda bajo el brazo, ejecutar la biblioterapia hasta las últimas consecuencias. De todas las terapias que existen, es quizá la más noble y más autónoma, ya que puede prescindir de la presencia del terapeuta y el lector mismo tiene la posibilidad de recurrir a la dosis que necesite, según sea el caso.
Es una antología que pretende “curar” a través de la ficción. Su propuesta es reconocer en otros que han vivido un hecho similar y partir de esa experiencia. La ficción desarrolla un papel importante dentro de todo esto, pues ahí se han vertido cánones y estereotipos de personajes que a veces sentimos cercanos a nuestra cotidianeidad.
Los medicamentos que aquí se prescriben no se encuentran en las farmacias alópatas ni homeopáticas. En todo caso, habría que ir a una biblioteca para poder tener acceso a los “bálsamos beckettianos, torniquetes tolstoianos, los calmantes de Calvino y las purgas de Proust y Perec”, entre otras medicinas.
Para muchos padecimientos hay una solución en las dolencias de la A a la Z: abandono, abstinencia de alcohol, adolescencia, adulterio, agotamiento, alergia al polen, autoritarismo, avaricia, bochorno, bulimia, calvicie, cáncer, crisis de identidad, despido, diarrea, enfado, envidia, estrés, eyaculación precoz, pérdida de la fe, flatulencias, homofobia, humildad, irritabilidad, llanto, menopausia, náuseas, orgasmos, pesimismo, rencor, ronquidos, rutina, sudoración, sueños rotos, tartamudez, timidez, tristeza, venganza, violencia, vómito, xenofobia y zampabollos (glotonería).
Esto puede mirarse como un apéndice o diccionario de la ficción. Por ejemplo, para el síndrome de la página en blanco o bloqueo de la escritura receta El castillo soñado de Dodie Smith, en donde una joven, Cassandra, quiere que su padre tenga una regresión freudiana para que él pueda volver a la escritura. Para el miedo a la muerte se prescriben un par de títulos: Ruido de fondo, de Don Delillo y Cien años de soledad, de García Márquez. En el primer libro, Jack Gladney descubre un método para no tenerle miedo a la muerte y es mirar a sus hijos pequeños mientras Manual de remedios literarios. duermen. También se aconseja colocar cerca de la cama la novela del narrador colombiano y leerla una y otra vez, así el paciente hallará nuevas revelaciones y verá a la muerte como un acto natural.
Cada padecimiento viene acompañado de un breve resumen de la lectura y la razón por que se recomienda a tal o cual narrador. ¿Acaso es posible vivir sin la ficción? m