LEER LA VIDA EN EL TANGO
La mirada de Lidia Aguilar se dulcifica cuando recuerda al actor Wolf Ruvinskis: “Fue el amor de mi vida”, dice mientras sostiene los retratos de ambos cuando eran jóvenes. Aunque nunca se casaron, compartieron parte de su vida y, sobre todo, un amor irredento al tango cuando trabajaron durante 22 años en El Rincón Gaucho.
Lidia será una de las participantes del maratón musical que, con motivo de los 80 años de Radio UNAM, se llevará a cabo en Adolfo Prieto 133. Invitada por el programa 100 años de tango, que conduce Jesús Martínez Portilla, la cantante participará con el Cuarteto de Paco Barrón, el cantante Jaime Urquiza, los bailarines Gloria Hinojosa, Paola Condado, Carolina Gómez, Eduardo Baca, Jorge Mercado y Ángel Reyes, mientras que Víctor Jiménez leerá algunos poemas.
Lidia descubrió el tango en su natal Guadalajara cuando tenía cinco años, gracias a que su abuela lo escuchaba en la radio. Con gesto nostálgico, recuerda: “Me llamaba la atención el sonido del bandoneón, pero no sabía lo que era. ¿Cuándo ibas a oír un bandoneón? ¡En Guadalajara había mariachis, con guitarrones! ‘Me encanta el sonido del acordeón, o no sé qué es’, le decía a mi abuela”.
Muy jovencita comenzó a cantar todo tipo de música en fiestas y reuniones, pues, como dice, “tengo una voz versátil”. En 1964 Televisa lanzó la convocatoria Buscando la voz de América, un concurso de tango que se llevaría a cabo en Buenos Aires, Argentina. Y aunque su entonces esposo se oponía a que participara, se inscribió y ganó.
Desde entonces se dedicó al tango. Con afecto recuerda su estancia en El Rincón Gaucho, donde era presentada con la frase: “Alma, voz y sentimiento del tango”. Un 12 de diciembre hizo su audición, y cuando terminó Ruvinskis le preguntó: “¿A quién le cantó usted, señorita? Yo soy el público y en ningún momento volteó usted al público. Bueno, eso lo vamos a mejorar porque me gusta como canta”.
La ayuda de Ruvinskis fue fundamental en el desarrollo de su carrera. “Wolf era maravilloso al recitar y también al cantar. A veces hacíamos duetos, como en aquel tango que dice: ‘Hay en tus labios en flor un veneno mortal’. Era una persona muy linda. Fue el amor de mi vida, pero nunca quiso que nos casáramos”.
Aguilar afirma que “las letras de los tangos dicen pura verdad. La vida se puede leer en el tango: habla del amor, de la familia, de Dios, de todo… Cuando canto a veces lloro porque lo siento, hay tangos que me llegan al alma”. m