REGRESO Y DERROTA
Roger Federer reapareció en el circuito de la ATP, pero cayó en su debut en Stuttgart ante Tommy Haas
El suizo Roger Federer cayó ante el alemán Tommy Haas, de 39 años, 302 de la ATP, en tres sets, 2-6, 7-6 (10/8) y 6-4, en su regreso a la actividad, en el torneo de pasto de Stuttgart, tras dos meses y medio de ausencia.
El helvético, de 35 años, estuvo fuera durante la temporada de arcilla para preparar Wimbledon, y no jugaba desde su victoria en la final de Miami, el 3 de abril.
Fue la cuarta victoria de Haas en 17 partidos ante su amigo.
“No estoy sorprendido de perder, sabía que podía caer contra Tommy; él jugó muy bien al final del partido, si me alegro por alguien, es por Tommy”, dijo el ganador de 18 Grand Slam, tras caer ante uno de los jugadores con quienes tiene mejor relación en el circuito.
Para Roger es la segunda derrota en 2017, en 21 partidos, tras la sufrida en Dubái ante el ruso Evgeny Donskoy.
“Siempre es especial jugar contra un amigo como Roger en pasto, hay mucha emoción”, dijo Haas. “Salvé un punto de partido en el segundo set, y después de eso fui capaz de jugar más libremente”.
Ausente todo el segundo semestre de 2016 para recuperarse de una lesión en la rodilla, Federer protagonizó una excelente primera parte de la temporada, al ganar el Abierto de Australia, y después Indian Wells y Miami.
Contra Haas, el helvético inició bien, eficaz en el servicio (23 aces) y con la volea, al ganar la primera manga 6-2 y lograr un break al inicio de la segunda.
Después, el suizo cometió más errores, y perdió efectividad desde el fondo de la pista, para darle la confianza al germano.
Sin embargo, pudo ganar en dos sets, pero no aprovechó su única bola de partido en el tie-break.
Tras perder su servicio, a la mitad del tercer capítulo, el suizo nunca pudo recuperarse, pese a contar con varias ocasiones (siete bolas de rompimiento), frente a un rival que jugó por encima de su ranking actual.
Haas, ex número dos (2002) y cuya carrera se vio afectada por múltiples lesiones, era uno de los pocos jugadores en vencer a Federer en pasto, en 2012 en el torneo de Halle, lo que no impidió que el suizo ganara tres semanas más tarde su séptimo y más reciente título en Wimbledon.
“Estoy en la fase final de mi carrera, las emociones son diferentes a lo que ocurría hace unos años, es deporte, uno de los dos tiene que perder y últimamente era yo, estaba contento solo con jugar frente a la afición alemana contra un amigo, un ídolo, una leyenda y el mejor de la historia, fue increíble”, aceptó el germano.
Roger tiene todavía tiempo de recuperar el ritmo antes de su torneo preferido, que comienza el 3 de julio en Londres.
“No todo salió mal, hubo momentos positivos, pero no estaba en tan buena forma como lo deseaba en esos instantes importantes, o cuando tenía la ventaja y creía que debía cruzar más, cometí algunos errores y fallas de juicio”, aseguró el helvético.
Gracias a un aumento del intervalo entre Roland Garros y Wimbledon, de dos a tres semanas, Roger pudo incluir dos torneos más de preparación en su programa y jugará la semana próxima en Halle, donde ha ganado siete veces.