El mandatario está en la mira de las investigaciones en torno al papel de Rusia en las pasadas elecciones en EU, pero ¿qué implica eso?
Según
Apenas acababan de nombrar a Robert Mueller como fiscal especial para investigar el escándalo en torno a Rusia cuando The Washington Post ya murmuraba: “La Casa Blanca tiene motivos para tener pánico”. La noche de este miércoles esas predicciones parecieron hacerse realidad: las investigaciones llegan ahora hasta el mismo Donald Trump.
¿Han alcanzado las investigaciones una nueva dimensión? Así es. Las investigaciones que hasta ahora llevaba a cabo el Buró Federal de Investigación (FBI) se enfocaban en hasta qué punto pudo el gobierno de Rusia inmiscuirse en las elecciones de Estados Unidos en 2016. Hasta el momento parecía que la acusación de una implicación personal de Trump no podría ser realmente peligrosa. Pero ahora el presidente número 45 de EU ha pasado a estar en el centro del tema. Tiene una nueva, diferente y grave acusación: posible obstrucción de la justicia.
¿En qué se basa la acusación de “obstrucción de la justicia”? Se basa en unas declaraciones del ex jefe del FBI, James Comey, que la semana pasada insistió en que Trump le pidió que archivara las investigaciones contra el antiguo asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, al parecer ligado a Rusia. De resultar cierto, Trump se habría inmiscuido en un proceso en marcha de una autoridad independiente. La vista de Comey ya pareció indicar que podría estarse preparando un caso contra Trump. Al ser preguntado si se le estaba investigando por obstaculizar la labor de la justicia, Comey se remitió casi como al pasar a la competencia de Mueller.
¿Qué dijo Comey sobre el caso? James Comey describió una situación casi bizarra en la Casa Blanca en la que, tras una reunión de varias personas, Trump pidió a todos que salieran de la sala a excepción de él. Entonces, el presidente le dijo: “Espero que encuentre un camino para dejarlo pasar”. Se refería a las investigaciones del FBI contra Flynn por acallar sus contactos con el embajador ruso, Serguei Kislyak.
Además, Trump le habría pedido a Comey lealtad, algo poco usual tratándose del FBI, que debe actuar independiente a la Casa Blanca.
¿Hay más fundamentos para las investigaciones contra Trump? No está del todo claro. Han circulado acusaciones sobre peticiones de
Al presidente de EU se le señala de presionar para que no se lleve a cabo esta indagatoria
Trump a los jefes de los servicios secretos Dan Coats y Michael Rogers de que influyeran en las investigaciones sobre Flynn. Ninguno de los dos habló claro en la sesión abierta de la Comisión de Inteligencia del Senado. Pero al igual que Comey, tanto Rogers como Coats declararon en otra audiencia a puerta cerrada cuyo contenido apenas se conoce. Al parecer ambos manifestaron su disposición a declarar ante el FBI, según The Washington Post.
Los críticos de Trump intentan llevarlo a las cortes por la presunta incompatibilidad de sus acciones como empresario y como presidente.
¿Puede el presidente destituir al fiscal especial? No, o al menos no de forma directa. Tendría que hacerlo el Departamento de Justicia. Y en ese caso la decisión caería en el vicesecretario de Justicia, Rod Rosenstein, porque el titular, Jeff Sessions, se recusó de las investi- gaciones sobre Rusia. Rosenstein dejó claro en una comparecencia el martes que no ve motivo para la destitución de Mueller.
Trump tendría la posibilidad de ordenárselo en forma directa. Según un amigo, el presidente habría considerado ese paso en los últimos días. La Casa Blanca no desmintió esas declaraciones de Christopher Ruddy.
¿Cuál es la postura de Trump ante las investigaciones? El abogado de Trump consideró ilegal una investigación, pero no desmintió las acusaciones. El presidente se considera víctima de una “caza de brujas política” y asegura que todo es inventado. Sin embargo, tampoco ha contribuido mucho a aclarar las dudas, como por ejemplo por qué su yerno Jared Kushner se reunió con funcionarios rusos y banqueros sin declararlo.
¿Cómo seguirá la situación? Desde hace semanas los análisis en el país apuntan que las investigaciones están dejando claro quién está con Trump y quién en contra. Y que también se ven los primeros indicios de enfriamiento de sus más fervientes seguidores. Aún no está claro que las nuevas investigaciones tengan una base real que pueda dañar a Trump. Pero la sospecha está sembrada. m