Fox y AMLO, el odio político otra vez, en 2018…
Ahí van otra vez, encaminados ya, dispuestos a generar odios. Ya están aquí de nuevo, para atizar enconos, para polarizar a los mexicanos, como si los ciudadanos no estuvieran suficientemente divididos y furiosos. Como si en 2005, con el desafuero, y en 2006, con el estrechísimo resultado de los comicios presidenciales, no hubiéramos estado al borde del abismo.
Ahí van ya otra vez, Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador, a jugar de nuevo con el fuego.
No deja de sorprenderme la desmemoria de nuestros políticos. O tal vez no sea eso, que no tienen memoria, sino la codicia por el poder que los obnubila y no alcanzan a distinguir los daños que pueden provocar sus temeridades. O acaso será su impunidad, su capacidad para hacer lo que les venga en gana sin que haya consecuencias. Sí, creo que es eso, su impunidad, que en buena medida está cimentada en nuestros propios olvidos: dejamos pasar lo que sea. De muchas maneras consentimos sus abusos.
Solo como ejercicio de memoria, poco después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desmenuzó los comicios de 2006, y ratificó el triunfo de Felipe Calderón, redacté cuatro entregas para diseccionar tal fallo. El tercer texto se tituló así: “El fallo del TEPJF (III). Fox, ese riesgo...”. Y teclee:
“En esta penúltima entrega sobre el fallo (…), deshebro la parte en que se analizó y calificó la ‘Intervención del Ejecutivo Federal’. Es decir, la intromisión del Presidente de la República en el proceso electoral. El TEPJF encontró que: 1. El Presidente tuvo manifestaciones que ‘incidieron’. 2. Dichas expresiones supusieron una ‘intromisión’. 3. Tales declaraciones fueron tomadas en cuenta por los ciudadanos que las escucharon ‘a la hora de definir su intención de voto’. 4. Esa actitud de Fox constituyó ‘un riesgo para la validez de los comicios.
“Sin embargo, en una contradicción bárbara, el Tribunal determinó que, a pesar de la gravedad de la intromisión del Presidente (‘injerencia’ que constituyó ‘la mayor irregularidad detectada durante el proceso’)… ésta no fue determinante en el resultado de la elección, ya que las declaraciones presidenciales no tuvieron ‘una influencia decisiva en el ejercicio del sufragio de los ciudadanos’”.
¿Cómo midió eso, que no afectó tanto, si más adelante, en su fallo, reconoció que no tenía forma de medir tal cosa? En fin. Y ahora Fox advierte de nuevo, hace un par de días:
“Yo me voy encargar, yo personalmente, que ese cuate (AMLO) no llegue (a la Presidencia), que no queremos otra Venezuela aquí. Yo me encargo, yo tengo mis mañas”. Sus mañas, ¿como aquel fallido desafuero? A pregunta expresa sobre si esas mañas eran democráticas, respondió: “Por supuesto que sí, por supuesto que democráticamente, con estrategia, con denuncia, desnudando al falso profeta, hablándole a los mexicanos del riesgo que corremos. Hay estrategias y lo vamos a hacer”. Le digo: no entienden que no entienden. Pirómanos… M