Zona Norte repitió la dosis
Jesús Castillo pegó un jonrón de tres carreras con el que definió el Juego de las Estrellas; los pitchers dominaron desde la cuarta
Hubo de todo en el Juego de Estrellas: siete carreras en el primer tercio, y pitcheo desde la cuarta hasta la novena entrada, así que el jonrón de Jesús Castillo en el cuarto rollo fue lo que definió el Juego de Estrellas en Campeche, en el que la Zona Norte ganó por segundo año consecutivo. El cañonazo de Castillo fue con dos compañeros a bordo y eso representó la voltereta y el premio de Más Valioso para el de los Rieleros.
Francisco Campos empezó la fiesta en casa colgando un cero ante la amenaza de Justin Greene, quien se quedó en la inicial. El Norte dejó pasar la oportunidad, pero el Sur no.
Había hombres en posición de anotar para Balbino Fuenmayor y el de los Rojos del Águila dio el imparable con el que los locales timbraron dos veces, en los spikes de Carlos Gastélum y Ronnie Mustellier.
El Norte se quitó rápido el cero. En la segunda, Alex Liddi se desprendió hasta el pentágono gracias a sencillo de Zoilo Almonte, así, por la vía Tijuana-Monterrey recortó una carrera, pero el Sur no quiso darle el gusto a la visita, y volvió a anotar gracias a que el poder de los Piratas se dejó sentir cuando C.J. Retherford sacó NORTE espectacular línea que terminó en el estacionamiento detrás de la barda del jardín izquierdo. Jonrón de una carrera para el 1-3, después de dos capítulos.
Pero no solo el Sur tenía poder. Jesús Castillo pegó tres jonrones en el Derby del sábado, pero guardó uno para el Juego de Estrellas, ya que en la tercera tanda, su batazo voló 328 pies, lo suficiente para superar los 327 de la barda del derecho.
Fue un bombazo de tres carreras con el que anotaron Greene, Ramón Urías y Castillo.
El balance después de tres entradas de juego: siete carreras.
Después de un ajetreado arranque, llegó el momento de calma. Y los pitchers que empezaron a desfilar en cada capítulo cumplieron con su labor: sacar outs.
Ocho ceros consecutivos. La tensión se sentía, aunque era distinta porque era un duelo de espectáculo, que terminó 4-3.