No hubo nadie
Estados Unidos no puede hacer ya nada en Afganistán: va a enviar más tropas. No sabe siquiera lo que querría que sucediera en Siria: va a enviar más tropas. Y con el mismo entusiasmo, y la misma claridad estratégica, en la reciente Conferencia sobre Centroamérica, en Miami, el gobierno anunció que quiere para la región un nuevo Plan Colombia. No hubo nadie que dijera que aquello fue una iniciativa básicamente militar, que dista mucho de ser modelo de nada.
Fueron a la reunión: el vicepresidente, el secretario de Estado, el de Seguridad, para decir en voz alta que no somos amigos. No queremos mexicanos ni centroamericanos: no vengan. Quédense donde están. Así lo dijeron, literalmente. Ya no existe un ambiente de cordialidad para ustedes. La evocación de un pasado imaginario en que la frontera norteamericana no estaba vigilada, y de un futuro igualmente imaginario en que se aplicará la ley rigurosamente, fue para hacer más gráfica la amenaza.
Kelly y Tillerson volvieron a la festejada fórmula de que Estados Unidos “comparte cierta responsabilidad” en lo que sucede en Centroamérica, por la demanda de drogas. No hubo nadie que les dijese que la responsabilidad de Estados Unidos incluye las deportaciones, la militarización de la región en los años 80, la guerra secreta contra Nicaragua —y que si se habla en serio llega a Castillo Armas, y más atrás. No hubo quien dijese que ese falso mea culpa es en realidad un modo de obviar la vinculación estructural de las sociedades de Centro y Norteamérica.
Se habló mucho de lo importante que es la prosperidad, y la necesidad de inversiones, pero ni una palabra sobre comercio, ni desde luego ofrecer un mercado abierto para la producción centroamericana. Y no hubo quien lo pidiera. Y de paso anunciaron que la ayuda a la región se reducirá casi a la mitad.
La Conferencia, eso dijeron, es “uno de los pilares de la estrategia [de Trump] para combatir la inmigración ilegal”, y tener fronteras seguras. No hubo nadie que dijera que otros, México por ejemplo, pueden tener otra idea de lo que es una frontera segura, o de cómo se consigue. Ni hubo quien tratara de articular un propósito un poco más generoso para la iniciativa. Y había gente en la foto. M