Fox-AMLO: las coincidencias de los extremos
Vicente Fox es un declarado peñista y sirve a su proyecto.
Como gobiernos, hubo más diferencias entre Ernesto Zedillo y sus antecesores, que entre Fox y Zedillo, pues “la alternancia” debía ser de forma, pero no de fondo.
Por su parte, Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador comparten algo en común: son hechuras de Ernesto Zedillo.
Entre Fox y AMLO polarizaron al país entre “izquierda y derecha”; luego, sumando a Felipe Calderón, los tres chiflados incapaces pavimentaron el regreso del PRI en 2012.
Gracias al enfrentamiento del PAN y el lopezobradorismo, apoderados de la derecha y la izquierda, le reconstruyeron al PRI la idea de que era la fuerza “del centro” y el representante de la “unidad nacional”, frente a los extremos incapaces.
El concepto de que los extremos se juntan es viejo, pero tanto Fox como AMLO lo hicieron vigente.
Desde su contradicción e ineptitud programática y estratégica, le han servido al desprestigiado PRI que, a su vez, como el debilitado Príncipe de Maquiavelo, no puede unir al país pero sí puede impedir que otros gobiernen.
Cuando dice Fox que él “detendrá a AMLO”, en realidad lo está empoderando para que el PRI, minoritario y débil, gane frente a una oposición hecha pedazos. Fox empodera a AMLO para mantenerlo, no como opción victoriosa, sino de derrota: es Putin apoyando a Trump para anular a su competencia. Es convertir lo posible en imposible, es hacer de la oportunidad de cambio, un fracaso y hacer de la indignación, otro fracaso.
AMLO ya trabaja su propia derrota, destruyendo su propio campo como buen troyano. Reivindica y festeja su rompimiento con el EZLN, el Movimiento por la Paz, el movimiento feminista, la comunidad LGBTTTI, los independientes, periodistas, PRD y MC, que estarán en las boletas y no desaparecerán, como AMLO esperaba en el Edomex.
Fox y AMLO comparten una visión limitada de México. Ambos son representantes del período en que la mediocridad política ha gobernado.
Ideológicamente, ni Fox representa a la derecha ni AMLO a la izquierda: un día son amorosos y anuncian “sacar al PRI de Los Pinos” y al otro lo apoyan. Bajo ese esquema maniqueo, tanto Fox como AMLO solo pueden vivir atacándose uno al otro para que el PRI gobierne.
Gracias a Fox y a AMLO, el PRI no necesita segunda vuelta. Con ellos basta para que lo peor se imponga y gobierne.
La solución no es una alianza PRD-PAN contra el binomio PRI-Morena, sino cambiar el esquema y construir una alternativa posible que unifique al país y lo reforme, no lo divida.