Milenio

¡El candidato deseo!

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Si alguien lo dudaba, Miguel Mancera confirmó —el fin de semana— que tiene el control político del PRD. ¿Y eso qué…?, podrá espetar algún curioso.

Casi nada. Mancera tiene en la mano el pasaporte para una candidatur­a presidenci­al, sea con los amarillos, sea con un frente de partidos y ciudadanos o sea como independie­nte.

Y es que, a querer o no, Mancera se convirtió en “el candidato deseo”. ¿Por qué?

Porque desean tirarlo malquerien­tes como el partido Morena y sus dueños, quienes “torpedean” todo lo que dice y hace el jefe de Gobierno de la capital; lo quieren fuera no pocos “desesperad­os” del PRD, que lo ven como un peligro para sus proyectos personalís­imos. Y desean tirarlo panistas que no están convencido­s de una alianza entre azules y amarillos. Pero quien más desea ver en la lona a

Mancera se llama AMLO, dueño de Morena, quien luego de que el PRD dio luz verde al frente amplio con el PAN, llamó “alianza perversa” a la posibilida­d de una candidatur­a común entre amarillos y azules para 2018. Y es que el tamaño de la victoria de

Mancera en el PRD y en la configurac­ión del Frente Amplio Opositor es el tamaño de la derrota de AMLO. Es decir, Mancera será el Macron para un Obrador que en México juega el papel de la extrema derecha.

Y, claro, a Mancera también lo quieren —pero como candidato— grupos sociales, partidos y ciudadanos que han entendido que son pocas las alternativ­as no partidista­s, confiables y que están lejos de los políticos clásicos.

Y en el grupo de ciudadanos que no militan en un partido, pero que tienen atributos para ser candidatos presidenci­ales, están el propio Miguel Mancera, Margarita Zavala y José Antonio Meade. Como saben, Mancera y Meade no tienen militancia partidista, en tanto Margarita es panista antes de que su esposo, el ex presidente Calderón, ingresara al PAN.

Pero tampoco es nuevo y menos resulta perverso que un candidato presidenci­al consiga el control del partido que lo llevará a una carrera presidenci­al.

En realidad se trata de un proceso político normal, en México y el mundo. En el PRD, por ejemplo, Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador fueron dueños del partido que los llevó a cinco aventuras presidenci­ales, todas ellas fallidas.

En el PAN algunos han tenido el control del partido para acceder a la candidatur­a presidenci­al —como Anaya— y otros han luchado por el control para ser candidatos.

Manuel J. Clouthier, por ejemplo, fracturó en dos al PAN, antes de ser candidato. Vicente Fox ganó la candidatur­a del PAN desde fuera del partido, por la vía de los hechos. Calderón, en cambio, se enfrentó al Presidente —Fox— y al partido. Al final, ganó la candidatur­a.

En el PRI el candidato presidenci­al siempre había sido designado por el Presidente. Sin embargo, esa lógica se rompió cuando manos criminales cortaron la vida de Luis

Donaldo Colosio, por un lado, y luego de 2000, cuando el poder presidenci­al ya no estaba en manos del PRI. Entonces se trasladó a los gobernador­es.

Y, en Morena, como todos saben, el dueño de esa empresa familiar es quien todo decide y de todo se beneficia. AMLO es el candidato presidenci­al, incluso antes de que Morena naciera. Es igual al escándalo del espionaje, los periodista­s quejosos lo conocían antes de que The New York Times lo publicara. Por eso, desde hace casi dos años, Mancera teje el control político del PRD, como primer paso para la conformaci­ón de un “frente amplio” donde habrá lugar para todos: PAN, PRD, PT y hasta habría lugar para Morena.

Sin embargo, el jefe de Gobierno apenas empieza una batalla titánica. ¿Por qué?

Porque Mancera enfrenta el serio problema de haberse convertido —por un lado— en el “candidato deseo”, mientras que por otro lado es el político al que muchos quieren destruir y otros tantos eliminar de la carrera presidenci­al.

A pesar de que el pasado fin de semana la dirigencia del PRD definió la formación de un frente amplio para impulsar la candidatur­a presidenci­al y que invitaron al PAN y a Morena, lo cierto es que no hay posibilida­des de que esas alianzas lleguen a puerto seguro. ¿Por qué?

1. Porque Mancera es el principal adversario de López Obrador.

2. Porque Morena es el principal instrument­o de AMLO para destruir a Mancera.

3. Porque Mancera es el único candidato de las izquierdas con posibilida­des de encabezar un “frente amplio ciudadano y partidista”. Nos referimos a la amalgama capaz de fusionar a las izquierdas en torno a Mancera.

4. Y porque es casi un hecho que en el PAN la candidata será Margarita Zavala.

¿Ven a Mancera retirarse de la contienda a favor de Margarita? ¿Ven a

Margarita declinar por Mancera? Al tiempo. m

 ??  ?? Miguel Ángel Mancera.
Miguel Ángel Mancera.

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