Milenio

Destronaro­n a Pacquiao

En una decisión polémica, Jeff Horn venció de local al filipino en Brisbane

- Érika Montoya/Ciudad de México LA

Manny Pacquiao no le quitó el mérito al australian­o Jeff Horn, luego que los jueces le dieran la victoria por decisión unánime en Brisbane, Australia, y le arrebatara la corona de peso welter de la Organizaci­ón Mundial de Boxeo, así como la oportunida­d de llegar a su victoria 60 como profesiona­l.

El filipino, que recorrió los 12 rounds en una pelea complicada, donde no mostró señales de deterioro, impuso su experienci­a para sacar adelante un panorama difícil, pero al final los tres encargados de determinar al ganador dieron tarjetas de 117111, 115-113 y 115-113.

“Es la decisión de los jueces, pero la respeto, no tengo problema en regresar a Australia por la revancha, obviamente, quiero el desquite”, dijo el ex campeón mundial, que perdió el cinturón de la Organizaci­ón Mundial de Boxeo en su primera defensa.

Al campanazo inicial, ante los más de 55 mil fanáticos que se dieron cita en el SunCorp de Brisbane, Pacquiao inició la pelea analizando el ataque de su joven adversario, quien sin respeto se lanzó en busca del castigo que le hiciera ganar los puntos ante un peleador de experienci­a.

Para el tercer round, un corte en el rabillo del ojo de Horn, producto de un gancho al rostro, comenzó a sangrar y fue el momento en el que el australian­o comenzó a apretar el acelerador para presionar al monarca reinante.

Asentado en un estilo en donde usó la mano derecha con precisión y con potentes golpes, Horn invitó en varias ocasiones a Pacquiao a entrar a un enfrentami­ento franco, y cuando ambos recortaban distancia, gracias a las guardias encontrada­s, los choques de cabeza fueron inminentes.

Producto de esos contactos, para el séptimo rollo el filipino ya tenía dos cortes en el cuero cabelludo que sangraban profusamen­te.

A pesar de la situación y haciendo acopio de fortaleza, PacMan sacó la experienci­a a relucir y capoteando los ataques para el octavo round recobró la batuta del duelo y castigó a Horn hasta hacerlo sangrar.

Para el décimo round, la esquina del australian­o decidió parar el duelo, por la cantidad de castigo recibido, pero el local pidió que le dieran la oportunida­d de demostrar y salió a cerrar con fuerza un duelo que terminó ganando en las tarjetas de los jueces.

Con esta victoria, Horn mejoró su foja a 17-0-1, con 11 nocauts y mantuvo el invicto, a pesar de enfrentar el mayor reto de su carrera; mientras que Pacquiao sumó su séptimo descalabro.

En la pelea preestelar, el japonés Teiru Kinoshita no pudo coronar la oportunida­d y fue vencido por el filipino Jerwin Ancajas por nocaut técnico en siete episodios.

Ancajas, quien buscaba la segunda defensa del título supermosca de la Federación Internacio­nal de Boxeo, no tuvo mayor complicaci­ón en maniatar al nipón con velocidad y exactitud y poco a poco comenzó desde el inicio de la contienda a hacer fallar a su retador y a conectarlo a placer, hasta abrirle un tajo sobre la ceja derecha que comenzó a sangrar desde el cuarto round.

Para el séptimo y último capítulo, Ancajas mantuvo el trabajo que hizo desde el principio, pero conectó mejor a Kinoshita, mandándolo a la lona.

El réferi, al ver lastimado al japonés, decidió detener la contienda viendo la herida en la ceja y que el golpe que lo depositó a la lona lo había dejado en un mal estado.

Ancajas mejoró su foja a 271-1, con 18 nocauts; mientras que Kinoshita sumó su segundo descalabro, a cambio de 25 triunfos.

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El australian­o Jeff Horn (i) superó a Manny Pacquiao

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