Ciudad futura, al filo del agua
Dwww.marcorascon.org @MarcoRascon icen los monstruos del agua, primera ley de la hidráulica: el agua es cabrona y cuidado el que se atraviese. De la necesaria resolución de [la] contradicción hidrológica (Humberto Ricalde), donde la ciudad sedienta necesita agua limpia, le llueve generosamente pero se inunda y está seca a la vez; la ciudad, para sobrevivir, deberá definirse por su vocación lacustre. El futuro de la ciudad es en cómo fue.
Dejar que sus 56 ríos reaparezcan, que el oriente del Valle de México le hable al poniente mediante la voz y la inteligencia humana, que hoy con torpeza y soberbia urbana los ha escondido.
Si triunfa la desecación, la ciudad se morirá por hundimiento, sismos acelerados, inundaciones y el polvo que traerán los vientos del noreste que nos cruzan.
La naturaleza en este valle ha sido la gran arquitecta (en memoria de Teodoro González de León). El hombre con sus pavimentos y barreras mal puestas, para que sus autos reinen sobre el agua, jamás podrán con su fuerza lacustre, hoy fragmentada arbitrariamente por un Estado político que la rodea, la invade y dice gobernarla, sustituyendo los ríos con puentes voladores, no para cruzarlos, sino para querer sustituirlos.
Para renegar del agua, queremos volvernos pájaros y volar sin alas, construyendo una ciudad en el aire, en segundo piso. ¿Quién vencerá?
Del agua que nos llueve, 90 por ciento se va al drenaje y nos obliga a importar de otras cuencas 30 por ciento; 60 lo extraemos del acuífero que no reinyectamos y solo 10 por ciento aprovechamos; otro 10 por ciento se trata y recicla: así no habrá futuro.
El grito de Teodoro Gonzalez de León y Jorge Legorreta; de Alberto Kalach, Juan Palomar, Eduardo Vázquez, Miquel Adrià, Ricardo Cayuela, Gabriel Quadri, Arturo Rosenbleuth, Gustavo Lipkau, Humberto Ricalde y otros como Félix Hernández Gamundi y los activistas ambientales que convocan a dominguear sobre el río Piedad para recordarlo, convocarlo y honrarlo nos llaman a tener una nueva agenda política sustentable para restablecer el futuro lacustre de Ciudad de México.
No es imaginación extrema ver de nuevo y navegar por el Lago de Texcoco, Chalco y Zumpango tratando 15 por ciento de las aguas residuales de Ciudad de México para inundar 12 mil hectáreas de tierras secas y salinas, creando evaporaciónhumedad y un litoral de 8 km en eso que sería tres veces la bahía de Acapulco.
No es solo imaginación, es posibilidad y necesidad para el futuro de Ciudad de México y para eso se requiere poder político y gobierno, para estar al filo del agua con los pies en la tierra. M