Publicidad engañosa
La noticia era un poco extraña: desmantelan una fábrica de likes en Tailandia. Sobre todo porque rara vez nos llega la nota roja de Tailandia. La coreografía de las fotos era la de las operaciones contra la gran delincuencia, con todo y militares en uniforme de faena. En el texto se explicaba que el éxito de una publicación en redes sociales se mide en likes, y de ahí su importancia. Es decir, que en la dicha fábrica se fingían aplausos en las redes, que viene a ser como vender publicidad. Es un poco raro meter al ejército en eso.
Pensándolo un poco, se me ocurre que lo que importa es precisamente ese despliegue, o sea, que la noticia es en realidad un anuncio. La ostentosa eliminación de los likes falsos es para garantizar que existen likes verdaderos, y que se puede confiar en ellos.
El like es casi el grado cero de la comunicación, no más que un gruñido. Pero es el recurso perfecto para la publicidad. Junto con la idea de que las multitudes llevan siempre la razón, sirve para promover cualquier cosa: una película, un hotel, un candidato. Y tiene además un aire de comunicación directa, de boca a boca, que lo hace tanto más convincente. Aparte de que los consumidores participan con entusiasmo, y de verdad sienten que son ellos los que hacen el éxito o el fracaso de lo que sea.
Las redes sociales han inspirado toda clase de fantasías. Entre ellas, la de una comunicación horizontal, democrática, casi subversiva. La verdad es que en lo fundamental son un mecanismo para transformarlo todo en publicidad. Cada movimiento en la red, cada gesto, cada compra, cada like, se registra y se cuenta, se procesa, se integra en el inagotable aparato publicitario que sirve para vender cualquier cosa. Las conversaciones más triviales, si se llevan en Facebook o Twitter, son finalmente material de publicidad. Eso es lo que protege el ejército de Tailandia.
La operación contra la fábrica de likes es ostensiblemente contra la publicidad engañosa. Como si la publicidad no fuese, por definición, engañosa. Como si hubiese algo nuevo en que alguien pague para hacer promoción de lo suyo. Y sí, de eso se trata: la operación es para hacer publicidad de la publicidad. Engañosa, claro. M