HACEN PÚBLICA EL ACTA DE DEFUNCIÓN Revelan el misterio de la muerte de Cuevas
Según se establece en el documento del Registro Civil, el fallecimiento del artista se debió a “acidosis metabólica severa, presión sacra y cáncer de colon”
Sobre la muerte de José Luis Cuevas hubo más preguntas que respuestas: sus hijas Ximena, María José y Mariana no solo se enteraron por Twitter de su fallecimiento, sino que ni siquiera contaban con la información oficial sobre las causas del deceso.
Sin embargo, ahora ellas ya lo podrán saber con toda certeza: su padre falleció a los 86 años de edad, a consecuencia de una “acidosis metabólica severa, presión sacra y cáncer de colon”, enfermedades que ellas desconocían que padecía, pero que el acta de defunción establece como los males de salud que lo aquejaban y causaron la muerte al creador del Mural efímero, realizado en la que él mismo llamó Zona Rosa.
El Registro Civil da cuenta de esta información, muy valiosa para las hijas de Cuevas ya que, como lo mencionó Ximena, genéticamente es importante saberlo porque para un examen médico es indispensable asentar los antecedentes familiares.
MILENIO obtuvo una copia fiel del original del acta de defunción, avalada con la firma del juez Enrique Fernández Jiménez, del juzgado 18 del Registro Civil, documento en el que se puede leer que José Luis Cuevas y Novelo, nacido en la Ciudad de México, de ocupación pintor, falleció a los 86 años de edad, a las 15:47 horas del 3 de julio de 2017, en un hospital en Tlalpan, en Ciudad de México. El certificado de defunción fue extendido por la doctora Hilda Gutiérrez. La cortina del nopal,
Asimismo, el documento señala que sería “cremado”, de acuerdo con la orden número 07046, en el crematorio J. García López Pedregal, en Jardines del Pedregal, en la colonia Álvaro Obregón.
Con esta información Ximena, Mariana y María José, hijas del pintor, conocerán las causas que le provocaron la muerte a su padre. A él ya no lo vieron desde 2013, luego de que interpusieron una denuncia APFAAE/A/T2/116/1304 contra la segunda esposa del pintor, Beatriz del Carmen Bazán, “por abandono, secuestro y maltrato físico y psicológico a su padre”. Entre los documentos invaluables del acervo del Registro Civil se conserva el acta de nacimiento de José Luis Cuevas, quien fue uno de los grandes dibujantes de México, L’enfant terrible, quien nació el 26 de febrero de 1931.
Con este testimonio documental que ahora sale a la luz se termina con la especulación sobre la verdadera edad del creador plástico mexicano, una duda que él mismo sembró y motivó, luego “Lo veía como el amigo secuestrado, era otro; entonces me preguntaba ¿qué le pasó?”: Aridjis de que se quitara años para poder decir que cuando apenas tenía alrededor de dos décadas de vida escribió su manifiesto La cortina del nopal, el 20 de marzo de 1958, cuando en realidad ya tenía 27. Con ese documento se enfrentó de manera directa a los tres grandes de la Escuela Mexicana de Pintura y grandes promotores del muralismo: José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, quienes sostenían: “¡No hay más ruta que la nuestra!”. En el acta de nacimiento que se encuentra en el juzgado 4 con el número 494, del libro 4, está el registro de José Luis Cuevas y Novelo, con lo que se comprueba y corrobora lo dicho por su hermano Alberto: nació en 1931. Si bien Homero Aridjis tampoco pudo despedirse de su amigo, en el homenaje póstumo realizado al artista plástico hizo cimbrar al Palacio de Bellas Artes: “A mí me va a quedar para siempre el misterioso José Luis en los últimos años, como fue el misterio de (la coreógrafa) Nellie Campobello: una de las tragedias mexicanas. Yo lo veía como el amigo secuestrado, era otro; entonces me preguntaba: ‘¿Qué le pasó?’. Yo recordaba con mucha crudeza la anécdota de Carlota (la emperatriz): cuando enloqueció en México, decían que le habían dado toloache (alcaloide conocido como pócima que permite dominar al ser amado). Entonces dije: ‘¿José Luis no habrá caído miserablemente en la línea de este tipo de víctimas?’. Todo fue muy extraño; para mí todos estos años fueron patéticos porque una mente brillante, artística, con tanto sentido del humor, de pronto se desvaneció (…) ¿Por qué lo cremaron tan rápido? Ese es un misterio que tendrán que resolver los investigadores del arte en México”. Mientras eso sucede, por lo menos ahora Homero Aridjis tendrá la certeza de conocer lo que quedó asentado en el acta de defunción. M