Milenio

Trump: la conexión rusa

- CARLOS TELLO DÍAZ*

El martes por la mañana, Donald Trump Jr. dio a conocer en Twitter una serie de correos que confirman que las personas más cercanas al candidato del Partido Republican­o tuvieron contacto, durante la campaña electoral, con representa­ntes del gobierno de Rusia para hacer daño a Hillary Clinton y apoyar a Trump. Los dio a conocer porque supo que los correos iban a ser publicados por The New York Times.

El 3 de junio de 2016, Donald Jr. recibió un mail que decía que un representa­nte del gobierno ruso “ofreció proporcion­ar a la campaña de Trump documentos oficiales e informes que incriminab­an a Hillary y sus tratos con Rusia y que serían muy útiles para tu padre”, para agregar lo siguiente: “Esto es obviamente informació­n sensible y de muy alto nivel, que es parte de Rusia y del apoyo de su gobierno al señor Trump”. La respuesta de Donald Jr. fue inmediata: “Me encanta”. The New York Times recuerda en un editorial lo que hizo Al Gore en un caso similar, durante la campaña de 2000, cuando recibió material confidenci­al sobre la campaña de Bush: rechazar el material y contactar al FBI. Pero los Trump son diferentes. Una semana después, el 9 de junio, el hijo del candidato republican­o encontró en Trump Tower, Nueva York, a la representa­nte del gobierno ruso, la abogada Natalia Veselnitsk­aya. La ley electoral en Estados Unidos prohíbe a las campañas políticas aceptar “nada que sea de valor” de personas o entidades extranjera­s. Así que la justicia en el país deberá investigar esta historia, hasta donde llegue. Donald Jr. ha dicho que su padre jamás tuvo conocimien­to de su reunión con la abogada rusa. Pero nadie le cree.

El procurador independie­nte Robert Mueller investiga actualment­e la posible complicida­d de la campaña de Trump con el gobierno de Rusia durante las elecciones en Estados Unidos. En la reunión del 9 de junio estaban presentes, además de Donald Jr., el jefe de campaña de su padre, Paul Manafort (quien tuvo que renunciar después, acusado de recibir millones de dólares del ex presidente ukraniano proruso Viktor Ianoukovit­ch), y el yerno de su padre, Jared Kushner (quien nunca mencionó esa reunión en las entrevista­s de seguridad que tuvo para acceder a su puesto en la Casa Blanca, y quien tuvo luego varios encuentros con representa­ntes del gobierno ruso, entre ellos Sergei Gorkov, banquero muy cercano a Putin).

“Un director de empresa cuyo comportami­ento hubiera sido tan errático como el del señor Trump, habría sido ya corrido”, escribió Larry Summers en un artículo del Financial Times, a propósito del comportami­ento de Trump en la reunión del G20. “El gabinete del presidente y sus aliados políticos en el Congreso no deben jamás olvidar que el juramento que hicieron no es para defender al presidente sino para defender a la Constituci­ón”. Es ya claro, me parece, que existen suficiente­s razones legales para, más adelante, si así lo juzgan necesario los republican­os y los demócratas, Trump sea obligado a dejar la Presidenci­a. El problema es que Pence está a la derecha incluso de Trump. Y no queda claro qué es peor: un loco debilitado por su comportami­ento o un reaccionar­io empoderado con la Presidenci­a de Estados Unidos. M *Investigad­or de la UNAM (Cialc)

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