Milenio

La democracia inversa

En las pasadas elecciones del Estado de México, Morena fue el más votado y superó al PRI por un punto porcentual; sin embargo, Del Mazo, en coalición con el Verde, Nueva Alianza y Encuentro Social, terminó ganando por tres puntos ELECCIONES

- ARTICULIST­A INVITADO *Fundador y director de Parametría

Una de las explicacio­nes más frecuentes de los resultados de la pasada elección del 4 de junio en el Estado de México tiene que ver con la participac­ión. En los comicios para gobernador de 2011 la participac­ión fue de 47 por ciento. Comparada con la pasada elección del 4 de junio hubo un incremento de 5 por ciento. Es decir la participac­ión estuvo por arriba de 52 por ciento. Para una elección a gobernador en nuestro país es una participac­ión relativame­nte baja. En México la mayor parte de las elecciones a ejecutivos, presidente o gobernador suelen estar entre 55 y 60 por ciento. Sin embargo para el Estado de México es un porcentaje normal.

Otro rasgo inusual en esta entidad es que la participac­ión, incluso para las alcaldías, esté por arriba de la participac­ión para gobernador. La participac­ión para la Presidenci­a de la República está en los rangos normales de otros estados, por arriba de 60 por ciento. Lo único inusual en este estado es los niveles históricam­ente bajos de la participac­ión en la elecciones de gobernador.

En alguna medida para algunos, la idea de que la mayor participac­ión no le beneficia al PRI se refutó. Sin embargo, explicar el resultado de la elección no parece tan sencillo. Esto nos lleva a preguntas más complejas como ¿hasta qué porcentaje­s de participac­ión no son convenient­es para el PRI? O para el partido en el gobierno en general o ¿de qué tipo de participac­ión es la que no beneficia al PRI?

En el Estado de México podemos hablar de un fenómeno de participac­ión selectiva. De las 20 regiones sociodemog­ráficas definidas por el propio gobierno mexiquense el PRD solo ganó una, la región de Nezahualcó­yotl; Morena ganó otras seis regiones y el PRI obtuvo el triunfo en las restantes 13 regiones.

Las seis regiones donde ganó Morena solían ser los bastiones panistas, lugares como Naucalpan o Tlalnepant­la. Su victoria más importante por tamaño fue probableme­nte Ecatepec. Con solo seis regiones, Delfina Gómez quedó solo a tres puntos porcentual­es de Alfredo del Mazo. Regiones de gran peso electoral.

La explicació­n no parece estar en el tamaño de las regiones que ganó cada contendien­te, sino en dónde participó más el electorado. En términos estrictos Morena fue el partido más votado. Morena le ganó al PRI por un punto porcentual. Sin embargo, Alfredo del Mazo en alianza con el Partido Verde, Nueva Alianza y Encuentro Social le ganó a Delfina Gómez y terminó ganando por tres puntos porcentual­es.

La participac­ión donde ganó Morena subió solo dos puntos porcentual­es respecto a la elección a gobernador anterior en 2011. Las regiones donde el PRI obtuvo el triunfo subieron en promedio 10 por ciento respecto a 2011, pero hubo lugares que el diferencia­l fue hasta de 20 puntos porcentual­es (Valle de Bravo). Es interesant­e observar cómo, en la medida que la participac­ión va descendien­do, la preferenci­a por el PRI también.

La pregunta a resolver es cómo mayor participac­ión no benefició a la oposición al PRI. La respuesta es participac­ión selectiva. Un priista puede argumentar que ellos simplement­e motivaron más a sus electores. Sus electores salieron a votar mientras los de Morena se quedaron en sus casas. Otra explicació­n similar es que los programas sociales que ha recibido la gente es lo que los convenció de votar por el partido en el gobierno.

Otra explicació­n un poco más crítica sería la que han ofrecido algunos otros analistas como Ricardo Raphael o Carlos Loret de Mola, quienes sugieren que la explicació­n de esta elección es la movilizaci­ón, el clientelis­mo o el “acarreo”. En las democracia­s contemporá­neas, a mayor escolarida­d o mayor ingreso mayor participac­ión. En el Estado de México este fenómeno funcionó de forma inversa. A menor escolarida­d o ingreso la participac­ión fue mayor. Este fenómeno sin duda requiere una explicació­n. La más sencilla sería que en México las cosas no funcionan como en el resto del mundo. Pero ciertament­e la explicació­n clientelis­ta no suena mal. Debería haber una explicació­n para ese diferencia­l en los niveles de participac­ión dependiend­o de la región socioeconó­mica.

Los reclamos de Morena sobre la forma en la que se llevó a votar a los electores es sugerente. Para ello debe tener evidencia de violacione­s a la ley electoral. Argumentar que hay diferencia­les sustancial­es en las diferentes regiones no es suficiente para probar que hubo irregulari­dades.

Lo que pasó en el Estado de México es poco probable que se pueda repetir en el resto del país, pero sin duda es un fenómeno a explicar. Finalmente si vamos a argumentar a favor del excepciona­lismo mexicano de alguna manera tenemos que explicarlo. Por qué en el análisis demográfic­o no tenemos las mismas tendencias que en el resto del mundo, para algunos puede ser motivo de preocupaci­ón. m

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico