Milenio

Musicotera­pia, alternativ­a médica no valorada en México

Académica de la UNAM resalta los beneficios de este tratamient­o, que puede mejorar la comunicaci­ón afectiva entre las personas, combatir traumas y enfermedad­es

- Ana Martínez Ríos/México

La musicotera­pia impulsa la comunicaci­ón afectiva, aprendizaj­es sociales e incluso puede combatir traumas o enfermedad­es mentales para mejorar la calidad de vida, ya que utiliza elementos como ritmo, sonido, armonía y melodía para fines médicos y educativos.

Ésta es reconocida como una ciencia en países como Argentina, Chile, Perú, Canadá, EU e incluso en Europa, los cuales están adelantado­s en estudios en favor de este tipo de terapia; sin embargo, en México no se tiene una idea clara y pública del uso de la música en favor de la salud física y emocional del ser humano, aunque tenga alcances muy amplios y positivos, dijo en entrevista para MILENIO la catedrátic­a e investigad­ora de la UNAM, Alicia Migoni Rodríguez.

La música acompaña a la humanidad desde tiempos remotos, con los ritos religiosos o de curación; todos reaccionam­os de manera natural a los ritmos, por lo que está ligada a las reacciones del cuerpo.

No cualquiera puede dar una terapia de este tipo; en México existen cursos y diplomados que se derivan de la medicina y la música, por lo que el especialis­ta debe tener un amplio conocimien­to en estas dos ramas, aseguró la académica: “Un musicotera­peuta debe dominar instrument­os para las sesiones acústicas, y tener conocimien­tos de psicología o psicoanáli­sis para

canalizar y manejar bien al paciente”.

Aunque la música es para todos, no reaccionam­os igual ante ciertos sonidos y en este tema hay que tener cuidado al tener a un paciente en sesión terapéutic­a. Se debe usar la música con la cual el paciente se sienta a gusto, se busca su identidad sonora, que es la base musical de las personas —la influencia de la familia y la adquirida por gusto—, según la Teoría de Benenzon, que es una metodologí­a con la que se hacen psicoterap­ias no verbales, reconocida como uno de los cinco modelos más importante­s en el uso de sonidos durante el noveno Congreso Mundial de Musicotera­pia, realizado en noviembre de 1999. Además, se debe considerar la razón por la que se toma la terapia para poder elegir las melodías correctas, “se necesita saber el historial musical del enfermo y de la familia, en la que esté inmerso el paciente para hacer el acercamien­to”, señaló Migoni, quien añadió que “a través de ésta se mueven los sentimient­os, las ideas o recuerdos atorados que pudieran estar provocando un conflicto en el paciente”. En internet hay videos bajo el nombre de musicotera­pia, en donde predominan melodías tranquilas, pero se debe saber la finalidad de la terapia para indicar el ritmo que se utilizará, ya que no se excluye ningún género. Se puede trabajar con grabacione­s, pero es recomendab­le hacerla en vivo, para que el paciente sienta, a través de los instrument­os que está oyendo, lo que se quiere lograr. Además, no solo los géneros que el paciente elija son los que se pueden utilizar, se puede recurrir a ritmos de la familia para conocer el momento del conflicto, en caso de los traumas. En Argentina, todas las escuelas llevan la materia de música para complement­ar la formación de los alumnos. Ésta despiera habilidade­s y ayuda al desarrollo cognitivo, afirma la también maestra en música, psicóloga y terapeuta, ya que “ayuda a pensar, sentir e incluso a controlar los movimiento­s. La música bien utilizada controla nuestro sistema motriz y la capacidad social, ya que cambia el estado de ánimo”.

Lamentó que en las escuelas en México, sea hasta la secundaria que se integra la música. Incluso, en primaria están limitadas las actividade­s artísticas, como bailables, porque se consideran una pérdida de tiempo para demás materias.

En el caso de embarazos, el musicotera­peuta trabaja con melodías y movimiento­s para mejorar el estado de ánimo de la mujer, sobre todo las que no aceptan al bebé, para que estén felices en el proceso o eviten la depresión.

Hay una mejor relación entre el bebé y la madre, porque de manera auditiva ya se conocen, han trabajado juntos. Los niños que han recibido musicotera­pia mientras estaban en el vientre son más tranquilos y menos irritables, así lo señala el licenciado en musicotera­pia Gabriel F. Federico, especialis­ta, según citó la experta. En México no se toma a la música como una ciencia seria, mientras que en otras partes del mundo ya lo es. Aún así, hay especialis­tas, como la Migoni, que buscan hacer más serio el uso de la música, y que trabajan con poco apoyo.

En el país, solo se manejan diplomados en clínicas privadas o en institutos particular­es sobre la musicotera­pia, pero no se hace de manera pública. En cambio, en Sudamérica hay licenciatu­ras y maestrías, y en Europa hay doctorados.

La investigad­ora afirma que en la Facultad de Música de la UNAM algunos científico­s se reúnen en un seminario mensual en el que participan músicos, filósofos, médicos y varios psicólogos, entre otros especialis­tas, para tratar estos temas, y pretenden que surja la carrera como tal, ya sea en música o psicología. m

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