Milenio

Amigos y familiares acuden a despedir a Héctor Lechuga

Erick, hijo del comediante, aclaró que su padre padecía demencia senil y no Alzhéimer

- EL CUERPO DEL ACTOR FUE CREMADO Arantxa Castillo/México

Las cenizas de uno de los máximos representa­ntes de la comedia mexicana, Héctor Lechuga, recordado por su participac­ión en programas como Chucherías o Ensalada de Locos, descansara­n en su casa, así lo confirmó Erick Lechuga Sánchez, hijo del también pionero en la sátira política. “Fue una muerte anunciada, mi papá ya estaba enfermo y cansado, tenía demencia senil, ya no hablaba, ni caminaba; ya quería irse”, declaró el hijo del actor, con un semblante tranquilo y sereno.

El velorio se llevó a cabo desde las 18:00 horas del jueves, en un ambiente tranquilo, donde solo amigos íntimos y familiares estuvieron presentes en la sala 7 de la funeraria Gayosso, recinto en el que se veló y cremaron los restos del actor, 24 horas más tarde.

Rafael Inclán, Héctor Suárez y Sergio Ochoa, hijo de la fallecida actriz Leonorilda Ochoa, acudieron a darle el pésame a la familia durante las primeras horas del velorio, compartió el hijo del comediante.

Manuel Rodríguez Ajenjo, guionista de televisión, reconocido por su trabajo en los programas, La carabina de ambrosio, El privilegio de mandar y Ensalada de locos, acudió a despedir a su amigo poco antes de su cremación para acompañar a la familia y dar el adiós a quien consideró un gran amigo y compañero de trabajo. “Era un indomable, le aprendí mucho, era un gran profesiona­l. He trabajado con infinidad de actores, pero hasta ahora no he visto ninguno tan atrevido como él, tan lo era que llegó a tener dos fracturas en la grabación de Juan Derecho, mientras saltaba y se aventaba contra las paredes para darle realismo al papel, y en la producción de la serie detective de hotel (1973) recibió la bocanada de un tigre por accidente en su mano”, comentó el también escritor del programa La güereja y algo más.

El director mexicano, Javier Barragán Tame, quien dirigió el programa Ensalada de locos, también asistió al velatorio y con una sonrisa y un abrazo cálido saludó a su amigo, el escritor Manuel R. Ajenjo. “Aunque sabía que su estado de salud de Héctor era delicado desde hace tiempo, y su muerte no fue inesperada, siempre duele despedir a un amigo”, puntualizó Barragán, quien expresó que la escena de la comedia en México perdió a un grande.

Desde el día de su muerte, otros tantos actores se han unido al pesar de la familia mediante redes sociales o mensajes al el comediante, quien también usó la radio para continuar su carrera y ejercer una dura crítica social en diversos programas con los que hizo historia en la sátira política.

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El funeral fue muy íntimo.
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Barragán y Ajenjo.

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