Nubarrones…
Al emblemático socavón de Cuernavaca le han surgido metáforas. Que si el socavón de la deuda pública, a propósito de su tamaño. O el socavón educativo, por las cuentas alegres en la reforma educativa. También el socavón petrolero, ubicado en los nuevos yacimientos
por la iniciativa privada. Pero el que más preocupa a los ciudadanos es el socavón en la seguridad.
Día con día crece el sentimiento de miedo y desamparo ante una delincuencia desatada que opera sorpresivamente en nuevas zonas de la República.
Inicialmente, en 2016, fueron Colima y Baja California Sur las entidades que se agregaron a la lista del terror que integran Tamaulipas, Baja California, Coahuila, Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Jalisco, Veracruz, Tabasco, Zacatecas, Chihuahua, Morelos y el Estado de México.
2017 vio agregarse a esta lista de estados inseguros a Guanajuato, Querétaro, Hidalgo y Puebla.
El caso de Puebla merece un apartado diferente. Ahí se destapó una llaga delincuencial que abarca el territorio oriental del estado y ya ha infectado a decenas de miles de personas.
Los principales responsables son las autoridades y los trabajadores de Pemex que han hecho la vista gorda ante los robos de combustible. El responsable solidario ha sido el gobierno local, quien dice que:
Pero que ahora sí le hará la vida difícil a huachicoleros grandes y chicos para hacer que el negocio sea incosteable. Así, al aumentar los costos del robo y también los precios, la venta se derrumbará. Suponiendo ridículamente, asimismo, que miles de bandidos que ya probaron las mieles del dinero fácil volverán a sus antiguos trabajos mal pagados sin chistar.
De tal manera que en este 2017 ya casi no quedan zonas seguras. Con nostalgia recordamos lo que fue México hasta 2007, cuando Calderón declaró la guerra a las drogas, utilizando irresponsablemente las fuerzas del Estado.
Es en medio de ese caos donde muchos no vemos claro: ¿cómo podrán los mismos que han creado los socavones carreteros, financieros, educativos, petroleros y de seguridad construir ahora el marco adecuado para que el próximo proceso electoral transcurra en paz? M