Milenio

Javidú: ¿juicio legal o mediático?

- Ricardo Alemán

La mítica “legión de idiotas” —esa jauría de bots a sueldo—, además de articulist­as y periodista­s que ignoran el Sistema Penal Acusatorio, le regalaron una “madriza” gratuita a la PGR. ¿Por qué?

Porque, según ellos, desde la primera audiencia el Ministerio Público presentó pruebas poco sustancial­es y que podrían permitir la impunidad del ex gobernador de Veracruz.

Además, el circo mediático entendió la supuesta debilidad probatoria como una escandalos­a derrota de la extradició­n de

Javidú. Y es que la defensa de Duarte y el propio juez de la causa apalearon “las débiles pruebas” de la PGR.

Sin embargo, son muchos los que no quieren entender que en México ya no hay lugar para los juicios mediáticos. Y, entre los necios, entre los ciegos y sordos que claman por un boleto para presenciar el circo mediático de Duarte, están la “legión de idiotas”, articulist­as y periodista­s que ignoran los básicos del nuevo sistema acusatorio y, sobre todo, aparecen muchos ciudadanos interesado­s y el “respetable” del graderío.

Pareciera que si la PGR quiere hacer justicia a secas en el caso de Javier N —como legalmente se le debe citar durante el juicio al ex mandatario—, a pocos importa esa justicia porque, en los hechos, buena parte de la sociedad exige su porción de espectácul­o; el circo mediático al que nos han acostumbra­do por años.

Hoy, cuando la PGR está actuando al margen del espectácul­o, cuando hace todo para actuar apegada al estrecho margen que permite el nuevo sistema penal, cuando trata de evitar la guadaña de que en cualquier momento la defensa de Javier N reclame el incumplimi­ento del “debido proceso”, una buena parte de la sociedad exige espectácul­o.

Y es que esa sociedad ya hizo su juicio, ya tiene culpable y ya mandó a “la pira” a Duarte.

Dicho de otro modo, si la PGR quiere hacer justicia a secas, pronta y expedita, le deben “valer madre” los juicios y señalamien­tos mediáticos —muchas veces interesado­s e ignorantes—, y debe concentrar­se en garantizar que Javidú sea llevado a prisión y pague sus culpas, si es que esas culpas existen, claro.

La presión mediática no debe empujar a que la PGR repita el espectácul­o que abrió la puerta a la secuestrad­ora Florence Cassez, cuyos abogados apelaron al “debido proceso” porque la autoridad se prestó a un montaje televisivo.

En el caso de Javier N es mucha la tentación mediática por reeditar el espectácul­o Cassez, en tanto que la PGR jala en sentido contrario y se resiste al espectácul­o.

Y frente a esos dos vectores de fuerza contraria, la resultante es la madriza propinada al Ministerio Público por opinadores, periodista­s, medios y ciudadanos —sin contar con la presión de la “legión de idiotas”—, que literalmen­te exigen fusilar a Duarte.

¿Aguantará la PGR la madriza? Por lo pronto hay muestras de que avanza con cautela, pero a paso firme.

1.- Contrario a la presión de Duarte, la PGR retrasó la extradició­n hasta tener certeza de que el juez de la causa tuviese todo el control del juicio. Y es que el juez regresó de vacaciones apenas el pasado domingo.

2.- En medio de acusacione­s de que hacía el ridículo, la PGR fue estricta en la difusión de las imágenes de Duarte con la protección respectiva —difuminado— del rostro. Además nunca llamó por su nombre al acusado, al que identificó como Javier N, para no dar lugar a que la defensa pudiera reclamar violación al debido proceso.

3.- Durante la primera audiencia, el Ministerio Público no exhibió más evidencia que la estrictame­nte necesaria para conseguir un objetivo perfectame­nte determinad­o: la imputación y la retención.

4.- A pesar de las provocacio­nes claras de Javidú, de su defensa y del juez de la causa, el Ministerio Público “no soltó prenda” y no dio más informació­n de la estrictame­nte necesaria para abrir la carpeta contra Duarte por los delitos de

lavado de dinero y crimen organizado. 5.- Si el MP aportaba más informació­n —como exigían Duarte y el juez—, daba paso a dos inconvenie­ntes. A) Revelar las pruebas que soportan la acusación contra

Duarte y darle ventaja. B) Además de que incurría en potencial violación al debido proceso.

6.- El próximo sábado, ya en otro momento procedimen­tal, la PGR revelará toda la evidencia disponible para que el juez decida el inicio del juicio penal, la prisión del acusado y/o la liberación.

7.- Todo indica que la PGR no cometerá el mismo error que otra instancia federal cometió en el caso de Florence Cassez, la criminal que burló a todo el Estado mexicano.

¿Veremos justicia eficaz, pronta y expedita en el caso de Javidú?

Al tiempo.

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ESPECIAL El ex gobernador de Veracruz.
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