Milenio

Continúan estudios para el proyecto de reconstruc­ción

Laboran en el lugar especialis­tas en geología, geofísica, mecánica de suelos e ingeniería

- David Monroy/Morelos

Asiete días de que se originó el socavón en el Paso Express, donde murieron dos personas, en la zona del siniestro, en el kilómetro 93+874 de la autopista México-Acapulco, la Secretaría de Comunicaci­ones y Transporte­s (SCT) mantiene los trabajos de estudio, aseguramie­nto y mantenimie­nto, con el fin de tener listos los referentes técnicos para usarlos como base del proyecto de reconstruc­ción del lugar… cuando esté listo.

De acuerdo con un recorrido realizado por MILENIO, decenas de especialis­tas y técnicos en áreas como geología, geofísica, mecánica de suelos, ingeniería y arquitectu­ra, entre otras, trabajan bajo el sol y el calor excesivo para encaminar la zona a su reactivaci­ón, pues contrariam­ente a lo que se ha difundido el socavón no se ha empezado a reparar porque no hay estudios suficiente­s para sustentar un proyecto, indicaron especialis­tas.

Según ingenieros que ofrecieron su experienci­a e informació­n pero que pidieron omitir sus nombres, en el lugar trabajan diversas empresas, no solo Aldesa, ya que es necesaria la participac­ión de distintos profesiona­les para conocer la calidad del suelo, la manera en que está conformado, cómo incide esto en las estructura­s, si éstas aún se sostienen y otra decena más de variantes.

En pláticas informales y otras a manera de cátedra, los profesioni­stas consultado­s refirieron que si estos estudios no se hacen ahora puede ocurrir una catástrofe peor a lo sucedido el pasado 12 de julio.

Confiaron en que “lo que se hizo estuvo mal hecho, por eso pasaron las cosas que ustedes saben”; ya somos otras empresas y otros técnicos que no podemos permitir que vuelva a pasar. “Como mexicano te digo: sé que estuvo mal hecho y da rabia, por eso hay que hacer las cosas bien. Aquí todos los que pasan nos mientan la madre, gritan que hagamos las cosas bien. ¡Nosotros que! Pero, bueno, tenemos que aguantar”, relató uno de los ingenieros que explicó los detalles de los trabajos.

Una de las tantas actividade­s en la zona del socavón es el enterra- miento en el pavimento de varillas conectadas con cables de corriente, una a una, para detectar cómo se mueve el suelo, y si hay más riesgos. Es el georradar, confían. También, son notorias varias “torres” que perforaron el suelo para evitar que el socavón se haga más grande. Estas máquinas lo que hacen es evitar que la tierra se siga desmoronan­do, lo que pondría en riesgo toda la estructura del Paso Express en la zona. “Se puede despegar toda la cinta asfáltica, colapsarse el muro (que está junto a la carretera) y llevarnos a todos al fondo de la barranca”, aseguraron.

Otro de los puntos que llamó la atención, fue el manejo de enormes ductos de acero, los cuales son utilizados para “encamisar” los que son de concreto y que drenan la barranca que atraviesa el socavón.

Este revestimie­nto metálico tiene como fin evitar que el peso de la tierra colapse los tubos originales y genere una inundación, pero también evitar filtracion­es de agua que puedan volver a socavar la tierra que está debajo de la carretera.

Además, los trabajador­es mantienen drenada la barranca, infestada de aguas negras, para evitar que la lluvia genere una crecida que afecte todos los trabajos y pueda provocar pérdidas humanas mientras se labora.

Los vecinos, confundido­s

Desde la noche del pasado 17 de julio, varias familias del fraccionam­iento Arroyo de Cristo fueron buscadas en sus domicilios por la Coordinaci­ón Estatal de Protección Civil para que evacuaran de emergencia sus viviendas.

Tras varios minutos, algunos salieron de sus casas y fueron enterados que el muro de concreto que los separa del Paso Express puede colapsarse, ya que iniciarían los trabajos para derribarlo.

Un total de diez personas de las ocho casas que están en la privada Camelinas, decidieron trasladars­e al hotel One, para pasar la noche y esperar noticias de cuándo pueden regresar a su vivienda, ya que la noticia dada por personal de Protección Civil y de Aldesa les indicaba que el muro de más de 20 metros de alto puede caer sobre ellos.

A 48 horas de esto, nadie más les ha dicho si el peligro ya pasó, si continúa o nunca existió. Algunos regresaron a su casa, más por miedo a dejar solas sus pertenenci­as que por la certeza de que todo ha vuelto a la normalidad.

Sin embargo, los vecinos aún tienen habitacion­es pagadas por una semana más, para poder estar fuera de sus domicilios, pero sin ninguna informació­n clara. “Estamos confundido­s y en la incertidum­bre. Nadie nos ha dicho algo sobre el peligro o la evacuación. Sé que la mayoría de quienes nos salimos ya regresó a sus casas y nadie les ha vuelto a decir nada; yo no voy a correr riesgos”, dijo en entrevista Víctor Hugo Dagda Ladrón de Guevara.

Dijo que en tanto hay más informació­n por parte de la SCT o de Aldesa, él se quedará “aunque sea para dormir” en el hotel Fiesta Inn, donde fueron movidos el pasado martes, mientras que a su esposa y sus hijos cuando estén de vacaciones, los enviará a Ciudad de México. M

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Aseguran vecinos que nadie les ha dicho si el peligro ya pasó, si continúa o nunca existió.
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Con una carpa los especialis­tas se protegen del sol.
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Buscan evitar que la tierra se siga desmoronan­do.

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