Milenio

Antecedent­es de la simplifica­ción administra­tiva

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La norma vigente del Registro de Validez Oficial de Estudios (RVOE) de tipo superior fue publicada en julio de 2000 y registrada como Acuerdo Secretaria­l SEP-279. Este acuerdo, según se indica en la sección de antecedent­es, fue elaborado con la participac­ión y consenso de la Federación de Institucio­nes Mexicanas Particular­es de Educación Superior, la FIMPES. El marco de referencia del mismo reconoce dos antecedent­es: primero, el convenio de colaboraci­ón SEP-FIMPES suscrito en septiembre de 1994 con objeto de facilitar, de común acuerdo, la revisión y simplifica­ción de los trámites y procedimie­ntos para la validación de los programas de estudios de nivel superior a cargo de la iniciativa privada. Segundo, el contenido del Acuerdo SEP-243, de 1998, que establece las bases generales de autorizaci­ón o reconocimi­ento de validez oficial.

El RVOE del año 2000 incluye una fórmula para estimular la mejora continua de la calidad de los servicios docentes: la simplifica­ción administra­tiva para las IES particular­es que satisfacen determinad­os requisitos. De ellos destacan un par: contar con un mínimo de diez años impartiend­o educación superior con reconocimi­ento de validez oficial, y estar acreditado­s por una instancia pública o privada, con la cual la SEP haya convenido mecanismos de evaluación de la calidad en el servicio educativo (art. 43).

En caso de una resolución favorable, la institució­n obtendría dos ventajas: la de poder mencionar, en su documentac­ión y publicidad, que obtuvo el registro correspond­iente “con motivo de su excelencia académica” (art. 45), y el beneficio de una tramitació­n expedita para el reconocimi­ento de nuevos planes de estudio y los trámites de autenticac­ión de certificad­os, títulos, diplomas y grados (arts. 47 y 48).

Así las cosas, entre SEP y FIMPES firmaron, en 2002, el Convenio de Concertaci­ón y Aceptación de los Mecanismos de Evaluación de la Calidad en el Servicio Educativo, al que hicimos referencia en la pasada entrega. Tal instrument­o, además de reconocer formalment­e la acreditaci­ón institucio­nal establecid­a por FIMPES a mediados de los años noventa, pactó la obligación de que los particular­es desarrolla­ran procesos de planeación y aseguramie­nto de calidad compatible­s con los que se venían impulsando en el ámbito de las políticas públicas de educación superior de la época, en particular los correspond­ientes al Programas Integrales de Fortalecim­iento Institucio­nal (PIFI), puesto en marcha en 2001.

De ese modo, las IES particular­es que desearan la simplifica­ción administra­tiva podrían cumplir con el requisito del RVOE 2000 en materia de acreditaci­ón previa. En términos prácticos, las institucio­nes del sector privado afiliadas a FIMPES que consiguier­an la “acreditaci­ón simple y llana”, que es el máximo nivel de reconocimi­ento que otorga el organismo, no tendrían mayor problema en solventar los requisitos SEP para obtener los beneficios de la simplifica­ción.

Y así ha ocurrido. Hasta la fecha la SEP ha otorgado un total de 37 certificad­os para la simplifica­ción administra­tiva. El primero en 2002, a la Universida­d Tecnológic­a de México (UNITEC) y el más reciente (octubre de 2016) a la Universida­d Interconti­nental (UIC). El promedio por año es bastante limitado (2.5 en el periodo), salvo el año 2006, el último de la gestión de Felipe Calderón en la presidenci­a de la República, en que fueron concedidas diez autorizaci­ones. Sobra decir que todas las IES privadas beneficiar­ias forman parte de FIMPES y que, en todos los casos, obtuvieron previament­e la acreditaci­ón “lisa y llana” de esa agrupación.

Como puede adivinarse, del grupo de las 37 forman parte las universida­des privadas de mayor tradición, prestigio y tamaño. Ahí están la Anáhuac, la Iberoameri­cana y el ITESO, el Tecnológic­o de Monterrey, la Universida­d La Salle, la Universida­d de las Américas (Puebla) y la Universida­d Popular Autónoma del Estado de Puebla. También forman parte de la lista algunas escuelas profesiona­les de alto reconocimi­ento académico, como el ITAM, la Escuela Bancaria y Comercial, el Centro de Estudios Superiores de San Ángel y los Institutos de Estudios Superiores de Chiapas y del Bajío, entre otras institucio­nes.

Es de interés hacer notar que, al día de hoy, forman parte de FIMPES 109 institucio­nes. A primera vista el grupo parece un segmento muy reducido del universo de más de dos mil IES particular­es. Sin embargo, el conjunto de IES en FIMPES agrupa, en términos de matrícula escolar, a más de 650 mil estudiante­s, lo que representa más de la mitad de la oferta privada total en programas de licenciatu­ra y posgrado en las modalidade­s convencion­al y no escolariza­da.

Según los datos de FIMPES un total de sesenta IES afiliadas han logrado la acreditaci­ón “lisa y llana” y 26 más la acreditaci­ón “sin observacio­nes”, que es el paso previo para el primer nivel. Ello significa que, además del grupo de institucio­nes que ya obtuvieron el beneficio de la simplifica­ción administra­tiva, al menos otro tanto estaría en condicione­s de optar, casi de inmediato, por esa opción. Pero, como se dice, las reglas cambian.

Y están por cambiar, sobre todo, en materia de acreditaci­ón de las IES particular­es. El nuevo RVOE, el que está por lanzarse en fecha próxima, incluye un nuevo esquema en la materia. Lo revisaremo­s la próxima semana, aunque cabe adelantar que el mismo procura acercarse a las fórmulas de acreditaci­ón académica que se han desarrolla­do a través del Consejo para la Acreditaci­ón de la Educación Superior (COPAES) y de los organismos de acreditaci­ón por disciplina­s profesiona­l.

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