Ciudad y Estados
Hace casi dos siglos, un 27 de agosto de 1821, Agustín de Iturbide llegaba a la ciudad de Puebla y era recibido con un platillo que, según la leyenda, fue preparado por las monjas del convento de Santa Mónica en ocasión de su llegada y con los colores de la bandera trigarante: el verde de los chiles, el blanco de la nogada y el rojo de la granada. Hoy, con toda una historia detrás, el chile en nogada vuelve a las mesas de uno de los restaurantes emblemáticos de México, fundado por Don Jesús Briz y su esposa Oliva Garizurieta hace 48 años: El Cardenal.
Los comensales de este restaurante, que busca mantener viva la cocina popular mexicana, podrán degustar el centenario platillo en alguna de sus sucursales del Centro Histórico, San Ángel o Lomas de Chapultepec, hasta septiembre próximo.
Durante la cena para presentar el menú de temporada en la sucursal del hotel Hilton Reforma, la doctora Marcela Briz, copropietaria de El Cardenal, comentó que el chile en nogada es “uno de los platillos emblemáticos en nuestra historia y de nuestra independencia”, y agregó que “hay otros componentes muy importantes, pues en esta temporada también le damos la bienvenida a productos tan maravillosos como el cuitlacoche y la tuna”. Así, los asistentes a El Cardenal podrán acompañar el plato fuerte con unas enchiladas de cuitlacoche en el primer tiempo, y una nieve de tuna con un poco de mezcal como postre.
Al banderazo de salida de este menú especial asistieron los chefs Yuri de Gortari y Edmundo Escamilla, dos especialistas de la cocina mexicana y directores de la Escuela Nacional de Gastronomía, quienes coincidieron en que el chile en nogada es un plato único, una delicia y una tradición que conjunta los ingredientes de la temporada.
La cena estuvo acompañada con un vino 3V Gran Reserva de Casa Madero, la bodega más antigua de América fundada en agosto de 1597.