Mandato son la gran prueba para las políticas implementadas por el presidente
Los comicios de medio
No hay que angustiarse si dicen que perdemos”. La lapidaria frase referida a las elecciones de medio término que se celebrarán en Argentina en octubre y constituyen la primera prueba electoral del actual presidente, Mauricio Macri, fue pronunciada por Jaime Durán Barba, el principal asesor político del presidente y artífice de su victoria en las elecciones de 2015 que culminaron con el mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
Como lo vienen haciendo cada vez que se inicia una campaña, los equipos de comunicación del oficialismo se reunieron el miércoles por la tarde en un salón de la Costanera porteña para hacer la puesta a punto antes de que el lunes arranque la publicidad de los candidatos. Aunque esta vez la reunión tuvo algo cuantitativamente distinto, ya que el grupo que se juntó estuvo entre 200 y 300 profesionales.
Es la primera vez que el partido Propuesta Republicana (PRO, centro-derecha) de Macri lidera la coalición no solo del gobierno de la ciudad, sino también de la nación y la provincia de Buenos Aires, lejos del partido vecinal que era ninguneado por algunos sectores del poder económico y mediático, destaca la cronista Silvia Mercado del portal Infobae.
Fiel a su estilo provocativo — que lo ha llevado a alabar a Adolf Hitler, por ejemplo—, el estratega y asesor ecuatoriano disparó que “no hay que angustiarse si dicen que perdemos”, recordando que “hemos trabajado en campañas que empezamos muy abajo, que era imposible que ganásemos”. También pidió no subirse a ningún ring de box, porque “nuestros adversarios no son los políticos, sino los problemas de la gente”.
En efecto, ni las cifras macroeconómicas ni las encuestas están garantizando el triunfo de Cambiemos, la coalición de gobierno que integra al PRO, en su primer desafío electoral y muchos funcionarios expresan su preocupación.
El jueves, en particular, legó a algunos despachos la encuesta mensual de una consultora con la que trabaja el gobierno según la cual el presidente Macri perdió cinco por ciento de imagen positiva, que ahora está en 45%. Pero los estrategas del oficialismo —dice Mercado—, consideran que en una sociedad de características “anómicas”, cuya conducta no se ajusta a las reglas establecidas, el cambio tiene que ser una construcción social, formar parte de un “movimiento”. “Sabemos que solos no vamos a poder”, explicó uno de los participantes a Infobae.
Otro experto en comunicación y escriba de los discursos presidenciales, el filósofo Alejandro Rozichner, desnudó uno de los problemas que más aparecen en la percepción del electorado, incluso entre los que votarán por Cambiemos. “La gente no suele buscar un líder eficiente, busca un líder padre, que se preocupe por ella, que la mire a los ojos y comparta lo que la gente vive”, dijo. Antes, Durán Barba había dicho que el presidente “Mauricio (Macri) no sabe hablar”.
Pese a que el oficialismo tiene una fe ciega en las encuestas y en cierto manejo de la opinión pública a través de las redes sociales y los medios, la Universidad de San Martín analizó con cifras oficiales los resultados de las políticas del actual gobierno. Todos los indicadores sociales empeoraron desde 2015, último año de cuatro administraciones kirchneristas sucesivas, primero con Néstor Kirchner y luego con Cristina Fernández, hoy su viuda. El desempleo, por caso, llegó a la tasa más alta en una década.
En Argentina la desocupación está en 9.2%, el peor indicador desde 2007. En el Gran Buenos Aires —la capital y su conurbado, este último con unos 13 millones de habitantes de un total de casi 44 millones—, la cifra superó los dos dígitos: llega a 11.8%. m