LA NOCHE DE ÉDGAR MÉNDEZ
EL ESPAÑOL DEBUTÓ CON UN DOBLETE QUE LE DIO EL TRIUNFO A CRUZ AZUL SOBRE LOS XOLOS DE TIJUANA
Si de algo se quejó reiteradamente Paco Jémez el torneo pasado, fue en la “mala suerte” que —según él— había en Cruz Azul. Fueron varias las ocasiones en las que el entrenador justificó de esa manera los descalabros de su Máquina en el curso anterior. Pues bien, anoche, en el comienzo de esta nueva historia llamada Apertura 2017, el técnico español no podrá quejarse del infortunio, pues un error grosero del portero rival, de esos que se ven pocas veces, le abrió el triunfo a su equipo que al finale terminó por imponerse 2-0 al Tijuana.
Y justo antes de que Gibrán Lajud se equivocara de manera pavorosa, Cruz Azul coqueteó con sus traumas de siempre. Sí, porque dos minutos antes, el mismo guardameta (en una muy mala noche) le había cometido un penal al chileno Martín Rodríguez (quien salió lesionado en esa acción), pero para su alivio Adrián Aldrete estampó su ejecución en el travesaño.
Sin embargo, de ese susto mayúsculo se derivó un tiro de esquina, con un centro abierto al que llegó el español Égdar Méndez para conectar un cabezazo forzado, sin mucha fuerza. Era un balón de trámite al que Lajud le echó demasiada confianza, porque calculó mal y permitió que la pelota le botara justo antes de tomarla. Así se fue el esférico a las redes.
De un penal fallado, que pudo tumbar anímicamente —como es la costumbre— a La Máquina, llegó el gol gracias a Lajud, y de paso el estreno de Méndez en tierras mexicanas.
Pero esa no fue la única nota en la noche; además del error del portero de Xolos, también emergió la figura de Édgar Méndez, quien se estrenó con un doblete en la Liga Mx y fue el más destacado del conjunto cementero. Tal parece que en La Máquina ha caído un elemento que no se excusará en la adaptación para rendir de inmediato. El español tiene ganas de ser figura y desde el primer juego lo ha dejado de manifiesto.
UNA CARA DIFERENTE
Eso sí, antes de que cayera el primer tanto, había sido el Cruz Azul de Paco Jémez el que había llevado el peso del partido. Sin mucha claridad, ni oportuni- dades manifiestas, pero era La Máquina la que inquietaba más la portería enemiga.
En los primeros minutos, en un tiro de esquina, Julián Velázquez le había arrebatado a Martín Cauteruccio un remate con la cabeza. El argentino no conectó con la fuerza necesaria, lo que permitió que Damián Pérez despejara adelantito de la línea de gol. Caute le reclamó a su compañero porque estaba en una mejor posición para rematar.
Instantes después Méndez intentó combinarse con Cauteruccio, pero no fructificó la acción. Luego del gol, el partido cayó en un letargo donde no hubo mucho por contar.
MÉNDEZ, LA FIGURA
En el segundo tiempo, Tijuana intentó reaccionar, para lo mismo el entrenador Eduardo Coudet echó mano de Gustavo Bou, pero no resultó. Xolos luce como un equipo en obra negra, muy alejado al funcionamiento que logró durante todo el año futbolístico anterior donde lideró ambos torneos de manera categórica. Son muchas caras nuevas, a las que les tomará su tiempo conjuntarse.
En tanto, Cruz Azul sobrellevó las acciones. Más cerebral y menos atrabancado que en el torneo pasado, cuando dejó ir resultados por esa misma ansiedad. Incluso, ya cuando el partido estaba avanzado, Paco Jémez metió a Enzo Roco por Gabriel Peñalba para amarrar el juego con tres centrales.
Sin embargo, faltaba un gol más y ese cayó al minuto 82. La Máquina pescó en un contragolpe su segundo tanto de la noche, otra vez obra de Méndez, que terminó por sentenciar el juego.
Martín Cauteruccio se libró fácilmente de la marca de Luis Chávez y avanzó con vía libre rumbo al área, pero el uruguayo no fue egoísta, así que levantó la mirada y le puso la pelota a Édgar que entraba completamente solo. 2-0 y el juego estaba resuelto.
Cruz Azul ha comenzado bien el torneo y tal parece que tendrá en Méndez a un jugador que puede darle alegrías. Aunque es muy temprano para afirmarlo, la misma historia de La Máquina exige la mayor de las cautelas.