Los olvidados por Luis Videgaray
Las tragedias se suceden una tras otra. Son, en su mayoría, casos individuales que se acumulan hasta ser cientos, miles. En otros casos son tragedias masivas, como la de hace unos días en San Antonio.
La cacería de migrantes indocumentados en Estados Unidos está a todo lo que da y solo se va a poner peor.
Hoy cualquiera puede ser deportado. Todos son prioridad.
Los cruces de frontera ilegales cayeron alrededor de 70 por ciento, el miedo funciona. Los arrestos in land, es decir, más allá de la zona fronteriza, han aumentado un 40 por ciento, y ha explotado la demanda de espacio de prisiones locales para indocumentados. Aunque de esos arrestos dos terceras partes son de presuntos criminales, han aumentado 150 por ciento los de personas sin ningún roce con la ley.
El 18 de julio, el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de gasto para Homeland Security que incluye, entre otras cosas, un aumento de mil 600 millones de dólares respecto a 2017 para CBP, la agencia de aduanas y protección fronteriza que incluye dinero para “construcción de una barrera física en la frontera”. La contratación de 500 nuevos agentes fronterizos y unos 300 millones de dólares para nueva tecnología, drones, sensores y equipo de inspección para la frontera.
Además, 619 millones de dólares extras para ICE, la policía migratoria, que incluye mil agentes más y 600 plazas de personal de apoyo; 2 mil millones, 30 millones más de lo solicitado, para investigación de tráfico de migrantes, seguridad cibernética, revisión de visas y tráfico de drogas, y 4 mil 400 millones de dólares para programas de detención y deportación que incluye 44 mil lugares en centros de detención migratoria, 4 mil más de las que se tienen y, esto es lo más importante, crecimiento a 26 nuevas comunidades (ciudades y condados) del programa 287(g) por el cual las policías locales hacen de policía migratoria deteniendo y encarcelando inmigrantes”. El acelerado fin de las ciudades santuario. La cacería está en marcha. La mayoría de las víctimas son mexicanos. El silencio del gobierno mexicano, de la cancillería, del canciller, es ensordecedor.
Se nota que aquello de la negociación integral no incluyó a nuestros paisanos. M