Contra el desperdicio de alimentos, ley de 2º precio
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO),
un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia en todo el mundo, a lo largo de toda la cadena alimenticia, lo que equivale a cerca de mil 300 millones de toneladas al año, lo cual significa un desperdicio de recursos e insumos, como la tierra, agua y energía (…)
Se pierde un 30 por ciento de la cosecha de cereales y hasta un 45 por ciento de frutas y verduras, frente a un hambre creciente por falta de alimentos de calidad.
En México, estas cifras son superadas debido a que estamos atrapados entre la producción de alimentos chatarra y la especulación de alimentos perecederos, vía el desperdicio. Los primeros llegan al último rincón del país y en el caso de la especulación, cada año aumenta.
La costumbre “de tirar” frutas y verduras en proceso de maduración se ha ido haciendo cultural y se refleja en la composición de nuestros desechos orgánicos, que también poco procesamos.
En Francia nació como parte de un movimiento gastronómico la Disco Sopa, llamada por el chef Massimo Bottura de Italia Comida Ética, la cual consiste en el procesamiento culinario con alimentos considerados de segunda o de desecho que se ha reivindicado en el mundo y aquí, en México, aunque incipiente, se ha propuesto por grupos de jóvenes, unos congregados en un movimiento llamado Encuentro Progresista y por los colectivos y activistas del Huerto Roma Verde.
Ideas como los bancos de alimentos y cadenas de procesamiento, siendo buenas, no dejan de ser testimoniales frente a la magnitud del desperdicio estructural y, por ello, para ir a fondo, se ha propuesto la ley de 2º precio.
¿Qué significaría esta ley?: que debería existir en oferta un 2º precio de los productos perecederos del día y otro de los madurados, en vez de tirarlos para mantener el precio de los primeros.
El 2º precio ayudaría a la ampliación de la oferta y, por tanto, sería un estabilizador del precio. La ley sería un factor de fomento a la cultura contra el desperdicio y un aporte a la gastronomía para aprovechar perecederos considerados basura.
Es en ellos donde existe una reserva inmensa de calidad alimenticia que desperdiciamos bajo un pésimo concepto de la calidad, preferimos los alimentos procesados y con conservadores que, por el contrario, son factores de cáncer y enfermedades.
Por eso, México necesita una ley de 2º precio, aplicada en bodegas, mercados, tiendas de autoservicio y toda la red de distribución de frutas y verduras contra el desperdicio.