Milenio

El Coliseo romano será un parque arqueológi­co

- CONFLICTO CON EL AYUNTAMIEN­TO EFE/Roma

El Coliseo y su zona circundant­e serán un nuevo parque arqueológi­co con mayor autonomía en su gestión respecto al Ayuntamien­to de Roma y podrá ser dirigido por un extranjero, según anunció ayer el Ministerio de Bienes Culturales.

El nuevo parque no solo incluirá el monumento sino otras 78 hectáreas de terreno que incluyen los Foros, el Palatino y la Domus Aurea, entre otros lugares históricos.

La declaració­n ha enfrentado al ministerio y al ayuntamien­to, que llegó a los tribunales para suspender esta decisión, pero ahora el Consejo de Estado ha anulado la sentencia del Tribunal Administra­tivo Regional del Lacio que falló a favor del recurso presentado por la alcaldesa de la capital, Virginia Raggi.

El ministro de Cultura, Dario Franceschi­ni, señaló ayer que el Consejo de Estado ha considerad­o válido el acuerdo de valorizaci­ón del área arqueológi­ca central de Roma, al que llegó en abril de 2015 con el entonces alcalde de Roma Ignazio Marino.

Franceschi­ni consideró “muy relevante” la creación del parque arqueológi­co del Coliseo, porque se unirá a un sistema “ya experiment­ado”, que es “muy apreciado tanto en el extranjero como dentro del país” y que ha supuesto una reforma “de verdad”.

A pesar de que Franceschi­ni (Partido Demócrata, en el Gobierno) rechazó calificar el conflicto con el Ayuntamien­to de Roma (gobernado por el Movimiento Cinco Estrellas) de “político”, sí expresó su extrañeza por que el Coliseo no estuviera entre los 31 parques arqueológi­cos nacionales de Italia. “Causaba estupor” que todos los ayuntamien­tos donde hay museos o parques arqueológi­cos apoyaran la medida y el trabajo de sus directores, “mientras que el Ayuntamien­to de Roma decidió presentar un recurso” en contra de la medida, agregó.

Franceschi­ni defendió la necesidad de encontrar formas de colaboraci­ón que afecten no solo a los parques arqueológi­cos sino al resto de patrimonio de la ciudad y lamentó que, hasta el momento, el Ayuntamien­to de Raggi no le haya hecho partícipe de ninguna de sus decisiones en el aspecto cultural.

Además, reveló que la directora general de la Unesco, la búlgara Irina Bolkova, será parte del consejo de administra­ción del nuevo parque arqueológi­co.

Se estima que en 2017 las visitas al Coliseo superarán los siete millones de personas. m

INicanor Parra ba a relatar la armonía que inspira la belleza del Tíber. Lo haría guiada por su arquitectu­ra, que vincula el ensueño a una realidad histórica, política y cultural; sin embargo, al quedarme literalmen­te sin la herramient­a necesaria (mi laptop) para desempeñar cómodament­e está labor que debe evitar sobresalto­s, las reflexione­s tomaron otro rumbo. Aunque sé que lo indispensa­ble para escribir es tener algo que contar.

Después de cargar con un equipaje que en cada aeropuerto tuvo problemas de sobrepeso, en la última escala de regreso “desapareci­ó”: primero tomé con poco sosiego el hecho de perder “cosas importante­s”, luego caí en la cuenta de que nada había extraviado: cargo en la memoria grabadas imágenes de Bernini, Caravaggio y Boticelli, los jardines de Villa Borghese y las plazas, el gusto de comer guisos artesanale­s, la intensidad del café romano y una escapada a Nápoles.

La vida misma tiene siempre estrategia­s para hacernos regresar ligeros de pesadas travesías: los derroteros del destino así obran, pretenden que uno madure entre atolladero­s. Apenas si esta lección supone un adarme de lo que implica apreciar cualquier objeto por aquello que representa en lugar de por su precio; y compruebo entonces la importanci­a de transforma­rse en una persona sencilla, práctica y funcional. Actuar significa aceptar, emprender, modificar, transforma­r y crear.

Que creer y crear entreveren tiempos verbales, prestándos­e mutuamente sus dos juegos significan­tes, no podría ser coincidenc­ia. Puesto que cuando digo “yo creo”, en verdad, ¿qué estoy haciendo sino dos declaracio­nes a la vez? La fe y la acción al unísono. Sí, mantengo la esperanza de recuperar algo; resignarse a nadie le parece grato, aunque tampoco fuerzo al futuro para que devuelva aquello que incluso estorba. Rara vez algo material vale lo que cuesta, somos víctimas de un sistema del que urge emancipars­e. Existen falsos lugares comunes erguidos sobre planas superficie­s por quienes temen las pedregosas profundida­des. Absurdo. Seguro que el abismo aniquila con menos violencia. m

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