Acaban otros 48 policías federales su curso militar
Manelich Castilla, comisionado de la PF, convivió con el equipo de las Águilas Blancas, del IPN, y consideró que si en la sociedad permearan valores que se enseñan en deportes como el futbol americano, habría menos delincuencia
Más de mil 900 elementos de la Policía Federal que se encargan de la vigilancia de instalaciones estratégicas del país recibieron instrucción militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) durante la actual administración.
Estos policías son considerados de élite y su formación se llevó a cabo a lo largo de tres meses en el Centro de Adiestramiento Regional de la Sedena en Mazaquiáhuac, Tlaxcala.
LaComisiónNacionaldeSeguridad (CNS) informó que 48 integrantes de la Tercera Generación 2017 del Servicio de Protección Federal (SPF) concluyeron el Curso Integral para la Formación de Policías, el cual contempló capacitación castrense y civil.
En representación del comisionado Renato Sales, el director del SPF, Alfonso Ramón Bagur, agradeció el apoyo del general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional.
El funcionario calificó de invaluable el respaldo de la Sedena en la formación de policías federales. “Con apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional, desde 2013 más de mil 900 cadetes del Servicio de Protección Federal fueron formados en estas estupendas instalaciones, gracias a las fuerzas armadas nuestra institución cuenta con policías de élite”, aseguró Bagur.
El director General de Profesionalización de la corporación policial, Víctor Campos Chargoy, destacó que en la Academia de Formación, Capacitación y Profesionalización se prepara de manera integral a los cadetes, bajo los ejes rectores ético, humano y profesional.
Asignaturas como protección de la vida y la comunidad, doctrina policial, primer respondiente, control de disturbios civiles, seguridad de instalaciones vitales, armamento y tiro, defensa personal y derechos humanos, son parte de la capacitación que reciben los elementos. m
Al recordar sus años como jugador de las Águilas Blancas del IPN, el comisionado general de la Policía Federal, Manelich Castilla Craviotto, consideró que habría menos delincuencia si en la sociedad permearan los valores que se enseñan en el futbol americano y en otros deportes.
“Nosotros nos enfrentamos al crimen organizado todos los días y lo que vemos en esos pequeños grupos de jóvenes que han decidido dedicarse a la criminalidad es, en muchos casos, el deseo de pertenecer a algo.
“Sin embargo, toman valores tergiversados o realizan acciones contra la sociedad. El futbol americano es una maquinaria que funciona a la inversa, porque demuestra camaradería, compañerismo y el deseo de trabajar en lo correcto”, puntualizó.
El funcionario ofreció una plática a los jugadores de las Águilas Blancas del Instituto Politécnico Nacional, en la que vistió el jersey número 72 y de la que dijo que adquirió principios y valores.
Durante su visita al nido de las Águilas Blancas, en la Ciudad de México, y como invitado del entrenador Enrique Zárate, Castilla Craviotto destacó que si los valores de deportes como el futbol americano lograran permear en la sociedad, no tendríamos muchos de los problemas que aquejan severamente a México. El comisionado general de la Policía Federal reconoció como un alto privilegio estar frente al equipo de Águilas Blancas, porque estos jóvenes, dijo, son la gran posibilidad que tenemos como país, de volver a colocar la agenda nacional en el deporte.
“Ustedes ya son ganadores y tienen un gran compromiso. Nosotros hacemos lo propio desde nuestra trinchera, pero le decía al coach Zárate, que si los valores del futbol americano permearan en la sociedad, no tendríamos muchos de los problemas que aquejan severamente a nuestro país, porque un buen jugador de americano es un buen ser humano”.
Los entrenadores del equipo politécnico entregaron al funcionario un jersey oficial, además de un casco conmemorativo. Junto con el equipo, Castilla recorrió el emparrillado para luego tomarse una fotografía en el graderío y cerrar la visita con el tradicional grito “¡huélum, huélum!”. M