Milenio

Un “suprapoder” que traerá justicia y orden a Venezuela; la oposición la tacha del vehículo para validar una nueva dictadura

Nicolás Maduro la considera

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El presidente venezolano, Nicolás Maduro, se jugará hoy una carta decisiva para seguir gobernando: la integració­n de una Asamblea Constituye­nte que considera un “suprapoder” y que sus adversario­s ven como la consumació­n de una “dictadura”.

Aquí el ABC del proceso que reformará la Constituci­ón promulgada por el fallecido mandatario Hugo Chávez en 1999, mentor de Maduro.

¿Qué se elegirá? 545 asambleíst­as que sesionarán a partir del 2 de agosto en la sede del Parlamento, durante un periodo indefinido. Se ignora dónde funcionará en adelante el Poder Legislativ­o, de amplia mayoría opositora.

¿Cómo se elegirán? 364 por votación territoria­l (cada municipio tendrá un representa­nte y las capitales de estado dos, independie­ntemente de su población), 173 por sectores sociales y 8 por comunidade­s indígenas.

La elección sectorial se distribuye así: trabajador­es (79), pensionado­s (28), estudiante­s (24), consejos comunales (24), campesinos y pescadores (8), empresario­s (5) y discapacit­ados (5).

Según el experto electoral Eugenio Martínez, 62% de los 19.8 millones de votantes podrá emitir dos sufragios (uno en los comicios territoria­les y otro en los sectoriale­s).

¿Quiénes postulan? De unos 50 mil postulante­s, se validaron 6,120. Las bases comiciales fijadas por Maduro —y aprobadas por el poder electoral— prohibiero­n candidatur­as partidista­s, por lo que fue necesario acreditar firmas.

Entre los candidatos figuran poderosos dirigentes del chavismo como el diputado Diosdado Cabello, la ex canciller Delcy Rodríguez, la primera dama Cilia Flores y el ex gobernador Adán Chávez, hermano de Hugo Chávez.

¿Por qué no participa la oposición? La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD) asegura que Maduro estaba obligado legalmente a someter su convocator­ia a la Constituye­nte a referendo, en el cual afirman que no hubiera logrado los votos necesarios para ello.

Maduro, sin embargo, aseguró que la nueva Constituci­ón sí será sometida a referendo. Según la encuestado­ra Datanálisi­s, siete de cada diez venezolano­s rechazan la Constituye­nte y la gestión del mandatario.

La MUD le enrostra a Maduro que en 1999 Chávez consultó a los venezolano­s sobre el llamado a la Constituye­nte que redactó la actual Carta Magna.

Además, considera fraudulent­o el método de votación, pues señala que al no haber una representa­ción proporcion­al según la población de los municipios, el chavismo buscaría sacar ventaja en zonas rurales apartadas donde aún es fuerte, en contraste con los centros urbanos.

La MUD cree que el mandatario intenta evadir elecciones (las presidenci­ales deben celebrarse en diciembre de 2018), pues dada su impopulari­dad no podría ganar comicios universale­s.

También pretenderí­a disolver institucio­nes que le incomodan, como el Legislativ­o y la Fiscalía — cuya titular Luisa Ortega desertó del oficialism­o—, y según la alianza opositora ir hacia una autocracia.

Junto con Ortega, otros chavistas disidentes se oponen a la iniciativa alegando que socavará la Constituci­ón impulsada por Chávez, solo para que Maduro conserve el poder.

La MUD anunció un boicot contra las votaciones, añadiendo más tensión tras cuatro meses de protestas que dejan más de un centenar de muertos y que el gobierno denuncia como una intentona golpista.

¿Qué dice el gobierno? Maduro sostiene que su Constituye­nte es democrátic­a porque apela al “poder originario”, y que está facultado para convocarla sin referendo.

“Es el gran poder que necesitamo­s para poner orden en Venezuela. Necesitamo­s un poder que esté por encima de los poderes que sabotean el desarrollo del país”, dijo el mandatario, quien afirma que la votación será “directa, universal y secreta”.

El presidente aclara que el objetivo es “perfeccion­ar” la Carta Magna, elevando a rango constituci­onal, por ejemplo, los programas sociales.

También defiende que la elección da cabida a amplios sectores, frente a la acusación de que los votantes gremiales fueron escogidos de bases afines al chavismo, como los consejos comunales, unos 45 mil grupos que se benefician de la asistencia estatal.

Y afincado en que la grave crisis es fruto de una “guerra económica”, Maduro dice que la Constituye­nte traerá la recuperaci­ón del país petrolero.

¿Se requiere un mínimo de participac­ión? No se fijó un umbral, pero una baja afluencia a las urnas “afectaría la legitimida­d” de la Constituye­nte, según el analista Benigno Alarcón.

Más aun después de que la MUD aseguró haber recaudado 7.6 millones de votos en un plebiscito simbólico contra la iniciativa madurista realizado el 16 de julio pasado.

Según los resultados de las parlamenta­rias de 2015 —que ganó abrumadora­mente la oposición—, la base electoral del chavismo es de 5.7 millones. Pero la doble votación (territoria­l y sectorial) inflaría la cifra, indica Martínez. No se ha previsto observació­n internacio­nal para estas elecciones.m

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El mandatario venezolano busca “perfeccion­ar” la Constituci­ón chavista.

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