SANCHIS EN MÉXICO /Y II
La semana pasada hice un incompletísimo recuento de las puestas en escena de textos del dramaturgo español José Sanchis Sinisterra en México, una presencia que también se ha transformado en papel a través de las editoriales El Milagro y Paso de Gato, donde se encuentran algunas de sus obras teatrales y su pensamiento teórico. También mencioné su actividad pedagógica como otra de sus grandes pasiones que, además, le granjeó desde los años 80 y 90 del siglo pasado un lugar muy destacado en universidades e instituciones culturales de Latinoamérica que lo requieren constantemente. Desde julio pasado Sanchis regresó a México para impartir cuatro talleres-seminario: uno en el Cedram, auspiciado por la Secretaría de Cultura de Michoacán, para jóvenes dramaturgos que llevan ya poco más de un año de proceso de aprendizaje; otro en Ciudad de México para dramaturgos profesionales que, a su vez, son maestros de dramaturgia, y dos en Mérida organizados por La Rendija y la Escuela Superior de Arte con el apoyo del Festival de la Cultura Maya.
Para aprovechar (y en coincidencia) se presentó el libro Prohibido escribir obras maestras que reúne muy parcialmente el saber y hacer pedagógico de lo que Sanchis llama “dramaturgia textual” para diferenciarlo de “dramaturgia actoral” (que es otra de sus obsesiones pedagógicas). A José —quien se confiesa deudor de Beckett (tuvo en Barcelona una sala con su nombre), Brecht, Cortázar y Joyce— también le desvelan las ciencias: la física cuántica, la teoría del caos, los fractales, las neurociencias y un largo etcétera que busca desesperadamente aplicar a la dramaturgia. Algunas cosas más las deja “para la siguiente reencarnación”, pero lo que es evidente es que a sus 80 años su cabeza es más joven que la de la mayoría de los jóvenes.
Prohibido escribir obras maestras, libro teórico-práctico concebido para ser leído, visitado y revisitado como la Rayuela de Cortázar, no es un manual sino un taller que no se puede aplicar de cualquier manera. Primero hay que clavar los colmillos en la médula espinal del pensamiento sanchisteano para poder encarar las ecuaciones dramatúrgicas que propone.
Este volumen no es ni manual ni teoría pura sino en todo caso una caja de herramientas de alta peligrosidad de la que no solo hay que leer el instructivo Prohibido escribir obras maestras. sino descifrar la filosofía o metáfora que encarnan. José se había negado por años a poner en papel de imprenta su saber pedagógico, pero el Institut del Teatre de Barcelona le torció el brazo y hoy podemos disponer de este invaluable material, ahora publicado también en México. m