Milenio

El jodido futuro de Rafa

- CARLOS PUIG Twitter: @puigcarlos

Rafael Márquez y Julión Álvarez han dicho que son inocentes. Hablaron ambos como si estuvieran acusados en un proceso penal y pronto pudieran, frente a un juez imparcial, demostrar su inocencia.

Entiendo que las aparicione­s tienen que ver con su público, pero lo que les pasó: su inclusión en la lista de OFAC tiene poco que ver con un proceso judicial.

Algunas precisione­s: en 1977, Estados Unidos aprobó la Ley de Poderes Económicos de Emergencia. Esa ley permite al presidente de Estados Unidos tomar medidas económicas y comerciale­s extraordin­arias, y sin necesidad de mayor autorizaci­ón, cuando declara que existe una amenaza extraordin­aria para su país que viene del exterior.

En los noventa, el presidente Clinton declaró que una amenaza así era el narcotráfi­co, el lavado de dinero y el terrorismo, y creó la lista de OFAC en donde ahora están los mexicanos. Como expliqué ayer, cualquier inclusión en la lista pasa por una estricta revisión de agencias del Ejecutivo estadunide­nse, pero no pasa por un juez. Es un acto administra­tivo, no un juicio. El estándar de OFAC no es el mismo que en la justicia, en este caso es “reason to believe”, razón para creer que... en este proceso no hay presunción de inocencia. Así es el imperio.

En términos estrictos, no hay castigo para Rafa o Julión. Hay advertenci­a a ciudadanos y empresas estadunide­nses que no pueden hacer transaccio­nes con ellos. El dinero y las propiedade­s no están incautados, están congelados. Cuando salgan de la lista, se les devolverán con intereses.

El procedimie­nto para salir de la lista es administra­tivo. Se envía una carta y OFAC les devolverá un cuestionar­io con todas las preguntas, pueden ser cientos, sobre la evidencia que ellos tengan. Contestado ese cuestionar­io, OFAC se toma el tiempo que quiera. OFAC puede pedirles que colaboren en la investigac­ión contra el líder con el que fueron asociados y/o que terminen su asociación, si la hubiera, devuelvan dinero, etcétera. OFAC también puede negar la petición y hasta ese momento Márquez y Julión podrían ir con un juez civil y entonces se harían públicas pruebas y alegatos de ambas partes. Nadie quiere llegar ahí.

Sin llegar a juicio, el América de Cali tardó 16 años en salir de la lista. Los colombiano­s que han entrado y salido tardan en promedio unos cinco años.

Así el futuro de Rafa y Julión frente al gobierno de Trump.

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