Se presionó el peso
Desde hace dos semanas vemos que nuestra moneda se ha presionado frente al dólar. De haber estado la mayor parte de julio en niveles de 17.50 pesos por dólar, ahora la vemos arriba de 17.95, muy cerquita de las 18 unidades.
Las razones, a mi juicio, son varias: en primer lugar, el nerviosismo crecerá al acercarse el 16 de agosto, cuando darán inicio las primeras conversaciones en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
Aunque para muchos las expectativas son buenas, es decir, la esperanza de una buena negociación parece ser generalizada, hay algunas voces que empiezan a decir que el camino estará más empedrado de lo que parece y que las posibilidades de que los negociadores estadunidenses saquen las uñas es algo que se puede esperar.
Sobre este punto, mi opinión personal es que la negociación no será fácil, por supuesto que tratarán de sacar ventaja de donde puedan, sobre todo abriendo pasos para crear controversias que les permitan aplicar posiciones proteccionistas cuando les convenga; lo que creo es que estos ruidos son parte de la presión en el tipo de cambio.
La otra causa es que la economía de Estados Unidos sigue creciendo en forma robusta, se incrementan los empleos, baja la tasa de desempleo y mejoran salarios.
En fin, los indicadores muestran que se trata de una economía en crecimiento, lo cual presiona a la Reserva Federal para que incremente, cuando menos una vez más, la tasa de interés de referencia.
Lo único que no refuerza los argumentos anteriores es que la inflación sigue estando muy por debajo del objetivo de dos por ciento.
Y, por último, a la moneda mexicana también le afecta el tema del miedo que provocó en los mercados financieros el presidente de Estados Unidos,
con sus comentarios hacia Corea del Norte, porque cuando estas situaciones de intimidación ocurren, lo que hacen los inversionistas es recurrir al dólar para protegerse, lo que hace que esa moneda se revalúe.