¿Quién lo reemplaza?
Lo que más dio de qué hablar desde que Usain Bolt consiguió una impensable medalla de bronce en los 100 metros del Mundial de Londres fue la gastroenteritis, con lo que el futuro del atletismo parece huérfano de un nuevo ídolo.
En medio del drama que involucró el virus estomacal que afectó al botsuano Isaac Makwala, la justa se ha caracterizado por carreras extrañas, favoritos que no estuvieron a la altura y desconocidos que se crecieron ante el reto.
“Una cosa es que te identifiquen entre los grandes del atletismo”, declaró el sudafricano Wayde van Niekerk, que ostenta el record mundial de los 400 metros. “Otra es tratar de rendir al nivel que te dará ese reconocimiento”.
El sudafricano cumplió con una de las asignaturas, y se impuso sin sobresaltos en los 400 metros cuando a su principal adversario, Makwala, no se le permitió el ingreso al estadio por un virus que aseguró que no padecía.
Luego, Van Niekerk se quedó corto en la final de los 200, cuando tuvo a su alcance el primer doblete 200-400 en los Mundiales desde que Michael Johnson lo logró hace 22 años.
En cambio, el turco Ramil Guliyev atrapó el título y Van Niekerk recalcó: “Nunca intentaré reemplazar a Usain, ni a Michael”.
Pudo ser Andre de Grasse, pero no se dio, al menos en esta cita; el canadiense empezó a hacerse notar en los Olímpicos el año pasado, cuando tuvo la audacia de desafiar a Bolt en las semifinales de los 200, y el jamaiquino movió un dedo para ponerlo en su lugar.
Pero De Grasse no pudo presentarse a correr, al retirarse días antes del Mundial por una lesión muscular.
Hasta aquí llega Bolt, quien asegura que corrió esta temporada para satisfacer a los fanáticos, y ningún resultado le hará cambiar su determinación, o lo que haya conseguido en su carrera.
“Llegó la hora de irme”, afirmó, y después empezará la búsqueda de nuevas estrellas, los Olímpicos de Tokio son dentro de tres años.