Milenio

Su sello es el sufrimient­o

Luego de una semana polémica, el Cruz Azul de Paco Jémez obtuvo su segundo triunfo de la temporada

- EDUARDO ESPINOSA Los jugadores de Cruz Azul celebraron con su entrenador LA

ACRONÍCA l Cruz Azul de Paco Jémez no le gustan las cosas fáciles, parece que es un adicto al drama y al sufrimient­o. De ahí que sea capaz de ofrecer 20 minutos de buen futbol y luego complicars­e las cosas por sí solo. Ayer paseó al Atlas en los primeros compases del partido, metiéndole dos goles con relativa facilidad, pero al final, acabó padeciendo más de la cuenta, mirando de reojo el cronómetro, para sostener su victoria por 2-1.

Sí, a La Máquina le gustan las complejida­des. Sin embargo, el triunfo lo justifica todo, hasta el aguacero monumental que tuvo que soportar su afición para verle ganar por segunda ocasión en la temporada. Con esta victoria, el invicto de Cruz Azul empieza a tener tintes positivos, pero aún es muy pronto para vanagloria­rse del equipo del arrebatado Jémez que, dicho sea de paso, fue respaldado de la mejor manera por sus jugadores: dentro del terreno de juego.

20 MINUTOS DE INSPIRACIÓ­N

Cruz Azul ofreció tal vez los mejores 20 minutos desde que Jémez está en el banquillo. Vertical y punzante. A La Máquina le tomó cuatro minutos para ponerse en ventaja. En una gran jugada de Ángel Mena, quien recibió un pase de Omar Mendoza e hizo dos recortes para librarse de la marca para sacar un zurdazo que Miguel Fraga alcanzó a tapar; sin embargo, para la mala suerte del portero el balón salió rechazado a media altura justo a la llegada de Édgar Méndez que con un sutil cabezazo la mandó a las redes. De inmediato varios jugadores corrieron hacia su entrenador para abrazarse con él y demostrar que el vestidor está unido luego de una semana tan turbulenta.

Al 14’, La Máquina logró su segundo tanto. Una jugada en la que lució su trivote del mediocampo. Baca y Peñalba se combinaron, para luego pasar al Gato Silva, quien tocó de primera y de manera acertada al espacio donde Felipe Mora había ganado la posición y con un punterazo el chileno venció a la salida Fraga.

Al minuto 17 las cosas se le complicaro­n más al Atlas pues en un choque con Jesús Corona, CRUZ AZUL ATLAS

El semblante cambió.

De aquel gesto molesto y arrogante de la semana pasada, Paco Jémez ahora se mostró sereno y ecuánime, sin aspaviento­s ni malos modos. Y aprovechó Jémez para resaltar la unidad de su equipo y la solidarida­d que muestra. “Me podrías poner un equipo muy bueno, pero si no es capaz de conectar, de emocionar y de interpreta­r el juego como yo quiero no vamos a llegar a ningún lado. Del semestre pasado a éste hemos logrado aunar muchas cosas que estaban dispersas. Este equipo tiene alma, corazón y cerebro, para llegar al final hay que tener todo eso”. Sobre las expulsione­s que ha tenido La Máquina en los últimos juegos, aseguró que es la muestra de que su equipo juega al límite, con todo lo que tiene.

EDUARDO ESPINOSA Milton Caraglio cayó noqueado y tuvo que ser sustituido por Fidel Martínez.

De Atlas no había noticias. Tan endeble en zona defensiva como inoperante al ataque. Fue hasta al 28’ que en un tiro libre Christian Tabó le puso un poco de nerviosism­o a la portería de Jesús Corona. En esa jugada, Omar Mendoza se ganó una tarjeta amarilla y dos minutos después, de manera irresponsa­ble, vio la segunda para ser expulsado.

Otra vez Cruz Azul se complicaba un partido que tenía dominado. De inmediato el Profe Cruz mandó a la cancha a Jahir Barraza por Javier Salas. Tampoco Jémez se quedó con los brazos cruzados que e ingresó a Jordan Silva, sacrifican­do a Ángel Mena.

Atlas aún no le sacaba provecho al hombre de más cuando el árbitro Óscar Macías cometió el error garrafal de expulsar a Jaine Barreiro, en un choque por arriba con Édgar Méndez.

En los últimos minutos Atlas fue más atrevido, Matías Alustiza y Tabó empezaron a pesar. Pero ahí apareció Jesús Corona para salvar a La Máquina, primero en un buen achique y luego con una gran atajada a un disparo de Fidel Martínez.

Ya para concluir el primer lapso, Cruz Azul tuvo el tercero, en una acción en la que Baca abrió para Silva y éste le regresó con un pase raso que el mediocampi­sta dejó pasar para que Mora definiera, pero el disparo del chileno se estrelló en la defensa.

TORMENTA Y DRAMA

En el complement­o se desató una tormenta que dificultó en mucho el accionar de ambos equipos. Cruz Azul mantenía a raya a unos rojinegros que salieron más agresivos.

Fueron 15 minutos de aguacero en los que en la cancha no hubo mayor espectácul­o; sin embargo, una vez que la lluvia cesó, comenzó un juego más fluido en el que La Máquina de nueva cuenta de complicó el partido.

Corría el minuto 68 cuando Cruz Azul orquestaba una ofensiva, la pelota le cayó a Julio César Domínguez, quien empezó a retroceder varios metros buscando un receptor libre, el Cata se complicó tanto que acabó perdiendo la pelota ante la marca atlista. El balón le llegó a Alustiza, que sin pensarlo dos veces se perfiló para sacar un potente disparo cruzado que superó el lance de Chuy Corona. El juego se ponía 2-1 y los nervios empezaban a aflorar en la afición cruzazulin­a.

Eso sí, La Máquina no renunció al ataque, buscó a través de Méndez ese tercer tanto que le diera tranquilid­ad. Dos veces se plantó el español frente a la portería y dos veces Fraga contuvo sus disparos. El juego estaba ahí, justo en la frontera entre la tranquilid­ad o la frustració­n. Un gol valdría alguna de estas cosas.

Sin embargo, no sucedió ni lo uno ni lo otro. La Máquina sacó el triunfo de manera apretada, apelando al oficio, con su gran dosis de dramatismo. Una victoria que reconforta a todo este plantel luego de una semana tan turbulenta, pues como dice la frase, después de la tormenta llega la calma, tal vez así sea para el conjunto de Jémez.

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Felipe Mora festeja su anotación
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