La supremacía de Tigres ante Pumas
Los regiomontanos consiguieron su sexto juego al hilo, entre Liga y Liguilla, sin perder contra los de CU; anoche vencieron con goles de Vargas y Gignac
RUBÉN GUERRERO
NCRÓNICA o hay mayor hegemonía que la que Tigres mantiene sobre Pumas. En siete años de visitas al estadio Universitario de Monterrey, Universidad suma un solo triunfo, que se remonta a enero del 2014. Fuera de aquella victoria que encabezó el argentino Martín Bravo, los de CU completan ocho descalabros y un empate, además de 30 anotaciones recibidas... Ayer no fue la excepción. Los dirigidos por Francisco Palencia mostraron garra, pero el recurso fue insuficiente para que se consiguiera la misión imposible. Los pupilos del Tuca impusieron su ley, la inercia y mantuvieron la racha a su favor.
Encuentro de puro vértigo. Pumas salió a plantarle cara la derrota ante Tigres, a jugarle un partido valiente, lanzándose al frente, conscientes de que en cualquier desdoble, el rival podría hacerles daño. Y así fue y muy rápido. Al 15’, Luis Chaka Rodríguez abrió para un costado con Ismael Sosa, que con dos toques se deshizo de la pelota para ponerla justo en la frente de Eduardo Vargas, que venció a Luis Quintana en la marca y abrió el marcador sin concesiones. Se aparecían antiguos fantasmas en el terreno de juego.
Tigres ha sido un cuadro competitivo, que a nivel nacional se ha cansado de consumar éxitos y títulos en los años recientes, pero también, es el equipo que mayor cantidad de derrotas y goles le ha encajado a los de CU. Tan solo en los más cercanos 10 compromisos, los regiomontanos le han marcado 28 anotaciones a los auriazules. Es una supremacía que también se ha reducido en dolorosas derrotas y eliminaciones tanto en la Final del Apertura 2015, como en las Liguilla del AP16 y hasta en la fase determinante de la Concachampions 2016-17.
Al 39’, una marcación dudosa del árbitro Fernando Guerrero, quien señaló que José Antonio García había cortado el balón con el brazo izquierdo. Segundos más tarde, era Alfredo Saldívar quien detenía un mal cobro de André-Pierre Gignac. Pumas vivía, respiraba con dificulta- enemiga... Conforme avanzó el cronómetro, Tigres fue recuperando el semblante, regresando a esa verticalidad que ha consagrado su ofensiva. Ante esto, Palencia recambió su esquema, metiendo a Joffre Guerrón, que se reencontró con su ex escuadra y también a Néstor Calderón, en lugar del juvenil Bryan Figueroa, esperando explotar las bandas con velocidad.
Desde el medio campo Universidad Nacional trataba de resarcir los yerros que se había cometido; sin embargo, al 79’, en táctica fija, una pelota parada de mero trámite, el balón llegó cómodo a los botines de André-Pierre Gignac, que no dudó en disparar como venía y con ello logró el segundo tanto de la noche. Pumas se desfondó anímicamente y volvió a demostrar falencias que parecían olvidadas en un comienzo inestable para Palencia y los suyos; en los instantes finales, Alfredo Saldívar se convirtió en figura, al salvar más de una ocasión en contra.
El cierre del encuentro también dejó en claro que los refuerzos del conjunto universitario están lejos de su mejor nivel, comenzando por Joffre y pasando por Néstor Calderón. La esperanza de una mejora pasa ver cómo viene Marcelo Díaz.
Pumas volvió a las andadas, a demostrar que es un cuadro endeble en diferentes aristas, que le pesa demasiado lanzarse al frente, pero sobre todo, cada vez que sale a jugar fuera de CU y es que, de 19 compromisos que ha disputado el conjunto felino lejos del estadio Olímpico, suma apenas cuatro victorias. Sin mencionar la hegemonía marcada frente a los dirigidos por Ricardo Ferretti. A los del Pedregal les queda cambiar el chip, pensar en el siguiente rival, pues Morelia visitará su hogar.
Entrenador de Pumas