Milenio

Trump niega racismo y acusa falseo de medios

El presidente de Estados Unidos tacha de “comunistas” a los demócratas

- Agencias/Phoenix EFE/Washington

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó a la prensa ayer en un mitin en Phoenix, Arizona, por la manera como describió su respuesta a los violentos disturbios que tuvieron lugar durante una protesta en Charlottes­ville, Virginia.

Al iniciar el acto, Trump afirmó que “la muy deshonesta prensa” tergiversó su reacción a la protesta organizada por supremacis­tas blancos.

El presidente republican­o había sido duramente criticado por lo que se consideró una tibia reacción tras la violencia racista en Charlottes­ville, donde una joven murió cuando un extremista de derechas atropelló a personas que protestaba­n contra los supremacis­tas blancos. Trump atribuyó los incidentes a “las dos partes”. Recién unos días más tarde habló de neonazis y racistas.

Ante sus simpatizan­tes que le celebraban toda declaració­n, Trump defendió su condena a los supremacis­tas y neonazis tras los incidentes ya que, argumentó, tras la demostraci­ón de los racistas aseguró que reaccionó de forma inmediata y con un claro rechazo. Añadió que sus palabras fueron “perfectas”.

El mandatario afirmó que en sus declaracio­nes se expresó siempre en contra de grupos como el Ku Klux Klan y añadió que era culpa de los medios no haber informado correc- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mostró durante el mitin en Phoenix su “respeto” por el hecho de que, en su opinión, el líder norcoreano, Kim Jong-un, “está empezando a respetar” a Washington y dijo que “algo positivo” puede salir de ese cambio de actitud.

“Kim Jong-un. Respeto el hecho, de que creo, que está empezando a respetarno­s. Respeto eso, lo respeto mucho.”, afirmó el mandatario republican­o. “Quizás, segurament­e no, pero quizás algo positivo pueda salir de esto”, añadió Trump, insinuando una eventual negociació­n con Corea del Norte.

Las palabras de Trump siguieron a las de su secretario de Estado, Rex Tillerson, que también celebró la “contención” mostrada en los últimos días por Norcorea. El jefe de la diplomacia estadunide­nse confió en que este sea el inicio de un cambio de actitud que quizás, “con el tiempo, podría dar paso a un diálogo”.

Mientras, la agencia estatal norcoreana KCNA reveló que Kim ordenó durante una visita al Instituto de materiales químicos de la Academia de ciencia militar la producción de más motores de cohetes de combustibl­e sólido y cabezas de misiles. tamente sobre ello. Trump lleva a cabo este tipo de eventos públicos desde que asumió la presidenci­a en enero. “Nuestro movimiento promueve el amor”, argumentó “Los únicos que brindan una plataforma a los grupos del odio son los medios y los medios de fake news”, reviró Trump. “Los periodista­s no quieren a nuestro país”. Muchos en la multitud se volvieron y señalaron a los reporteros en el recinto. Algunos corearon “CNN apesta”. “Este recinto condena de manera enérgica a los pelafustan­es que perpetraro­n hechos de violencia y de incitación al odio”, enfatizó al tiempo que criticaba a The New York Times, ABC News y The Washington Post.

En otra parte de su discurso, Trump criticó a los legislador­es demócratas, a quienes achacó el estancamie­nto del Congreso para poder aprobar nuevas legislacio­nes. Una vez más se quejó sobre el plan de salud de su antecesor, Barack Obama, conocido como Obamacare, que no pudo ser reemplazad­o como prometió en su campaña electoral debido al voto opositor en el Senado.

El magnate calificó a los demócratas de “obstruccio­nistas” y de ser “socialista­s”. También criticó al senador republican­o por Arizona, John McCain, ya que con su voto se evitó el reemplazo del Obamacare. El presidente se jactó de no nombrarlo “pero todos saben de quién se trata”.

Una media docena de personas se presentaro­n afuera del centro de convencion­es donde Trump dio su discurso, con rifles y uniformes de estilo militar para unirse a las protestas en contra del mandatario. La escena era ruidosa pero sin altercados de considerac­ión pues la policía mantuvo a los dos grupos, de simpatizan­tes y opositores, detrás de barricadas y separados en lados opuestos de la calle.

Las protestas fueron en su mayoría pacíficas, aunque se reunió una gran multitud. Mientras, cientos de personas esperaban ingresar al primer mitin de Trump desde los hechos de Charlottes­ville. m

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Simpatizan­tes y opositores al mandatario se gritaron en Phoenix ante el mitin, pero no hubo violencia.

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