“SOY CIENTÍFICA Y VOY POR CIUDAD DE MÉXICO”
La delegada en Tlalpan considera que los problemas de la capital, como abasto de agua potable, inundaciones, movilidad y seguridad, se resolverán con acciones, estudios y programas a largo plazo y no mediante ocurrencias
Tengo confianza en el proyecto de Andrés Manuel López Obrador y él confía en el mío, dice
Es difícil hablar de uno mismo”. Claudia Sheinbaum es cauta, mide cada palabra en sus respuestas quizá más ahora que puede convertirse en la primera mujer en ganar la Jefatura de Gobierno de Ciudad de México por el voto popular.
Según diversas encuestas, la hoy jefa delegacional en Tlalpan por Morena tiene altas probabilidades de triunfar en la elección del año entrante.
“Más bien diría que ahí está mi historia, lo que hemos sido, en términos personales, académicos, profesionales, y cuando hemos sido funcionarios públicos, y la forma en que hacemos política. Esa soy yo, no me puedo inventar una Claudia distinta”.
Pero al paso de los minutos habla con más soltura de su formación académica, de su etapa como servidora pública y, un poco, de su vida personal.
Tiene 55 años. Es de origen judío. Sus abuelos llegaron a México hace casi 80 años provenientes de Lituania, por parte de su padre, y de Bulgaria, por el lado materno. El horror de la Segunda Guerra Mundial los trajo aquí.
La hoy delegada cuenta con estudios en física: recuerda que desde la infancia le gustaron las matemáticas, y evoca también sus tiempos en el CCH Sur, donde un “excelente” profesor de física contribuyó también por su gusto en esa materia.
Tiene un doctorado de Ingeniería en Energía, cuya investigación para obtenerlo la realizó en el Lawrence Berkeley National Laboratory, en Estados Unidos. También es investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, con énfasis en cambio climático. Claudia Sheinbaum es científica.
“Este vínculo con la academia me da un plus porque esta ciudad tiene problemas estructurales que requieren un programa de largo plazo para que tenga viabilidad en términos de servicios de agua potable, inundaciones, movilidad, seguridad pública...
“Son temas que se van a resolver, no a partir de ocurrencias, sino de un estudio para que desde el primer día de gobierno puedas comenzar a actuar”.
Pero cómo una académica con un amplio currículo, es autora, por ejemplo, del reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de Naciones Unidas, llegó a la política, tan repudiada por estos días por buena parte de la ciudadanía.
—Siempre me ha interesado la política pública, inclusive desde la academia, parte de mi trabajo de investigación es diseñar políticas, revira una afable Sheinbaum desde un cuarto contiguo a su oficina en la delegación Tlalpan.
Pero asegura que su “vocación de servidora pública” incluso viene de más atrás, “desde muy joven”: participó en el Consejo Estudiantil Universitario (CEU), movimiento que fue de 1986 a 1990 cuando nació el Congreso Universitario.
“Luchábamos porque se querían poner cuotas en la UNAM, y también contra exámenes estandarizados que querían poner en todas las carreras. Los movimientos sociales te forman, te hacen ser parte de una gran visualización de lo que tú quieres. Te dejan marcado el resto de tu vida”.
Claudia Sheinbaum también es política. Su primer cargo fue en el 2000 como titular de la Secretaría de Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal durante la administración, por supuesto, de Andrés Manuel López Obrador.
Sheinbaum evoca que el doctor José Barberá, un hombre “muy cercano” al político tabasqueño, la recomendó para ese puesto con AMLO, quien por aquellos días buscaba que su gabinete estuviera compuesto principalmente por mujeres.
“Le preguntó de alguien que fuera experta en medio ambiente y que tuviera ideas similares a las de él en términos políticos. Además quería a alguien que fuera parte de un grupo que constituyó Mario Molina, premio Nobel, para estudiar el tema de la contaminación atmosférica”, relata.
“Desde entonces he estado cercana a él”. Sheinbaum asegura que admira al dos veces candidato a la Presidencia de la República, a quien califica como una persona “íntegra, consecuente, muy trabajadora y comprometida con su país”.
“Hay confianza, yo le tengo mucha confianza, creo que él me tiene mucha confianza a mí, y sobre todo es confianza en un proyecto. Obviamente a la persona y a lo que significa, pero también creo que lo que nos une es la visión de un México mejor: la transformación de este país tiene que ser de manera pacífica hacia un cambio verdadero, un cambio de régimen, en donde la nación y el Estado sean para todos y no para unos cuantos”.
La hoy delegada en Tlalpan rechaza tajante que López Obrador sea autoritario y descarta aún mayor la relación que han hecho los opositores del tabasqueño con la situación que se vive actualmente en Venezuela: “es ridícula la comparación”.
“Él cree realmente que son los propios pueblos quienes deben salir adelante, definir su futuro y en la no intervención. Andrés Manuel es una demócrata, esta idea de que es autoritario y de que vamos hacia una crisis tipo Venezuela es quizá una de las mayores mentiras.
“El actuar cotidiano, su orientación a que México, a pesar de los fraudes electorales, la vía es la legal, la pacífica, la electoral, lo que demuestra es que es un hombre sumamente democrático”.
Hace unas semanas MILENIO platicó con la todavía jefa delegacional en Tlalpan, quien el jueves pasado ganó la encuesta interna de Morena para ser la “coordinadora territorial” de ese partido en CdMx para las elecciones del año entrante, lo que la convierte en aspirante a la Jefatura de Gobierno.
Desde entonces, y quizá desde hace mucho antes, lo tenía muy claro: “Quiero ser jefa de Gobierno”. Claudia Sheinbaum es cauta. “El camino no es fácil, pero lo peor que puede hacer uno es regresarse a dormir a su casa y olvidarse de la transformación de la nación”. M