El panorama es desolador
Pumas no sumó ni un punto en la semana en que disputó nueve; no solo eso, perdió al técnico, su futbol y el horizonte. La crisis universitaria se acentúa con la posición 16 en la clasificación
RUBÉN GUERRERO
SCRÓNICA in Francisco Palencia, Pumas tampoco conoce de victorias. En el cierre de la séptima fecha del Apertura, el equipo universitario sumó el tercer descalabro al hilo, semana de nueve puntos en que no salva ni uno. Desastroso. Esta vez Veracruz, como local, impuso su ley en el Puerto frente a unos pumas que parecía al fin mostrarían más argumentos futbolísticos, porque con un primer tiempo rescatable dejaban la sensación de que asumirían riesgos y hasta podrían salir con ganancia. Pero no fue así. Los Tiburones Rojos ganaron por la mínima y en el complemento el visitante exhibió las carencias que sentenciaron al anterior entrenador.
Más allá de todo lo sucedido en la semana (la baja de Francisco Palencia y el relevo momentáneo de Sergio Egea), al menos en el esquema táctico el equipo salió diferente a lo acostumbrado con Paco. El timonel argentino montó una línea de cinco defensas, con tres centrales y brindándole oportunidad de arranque a Rodrigo González, debut como titular y pegado a la banda izquierda para reforzar las labores de Jesús Gallardo, quien con las adecuaciones tendría libertad ofensiva.
Pumas trataba de darle circulación a la pelota, la ponía cierta idea al juego, pensando siempre en modo de ataque, pero sin emplear el total de sus intenciones de por medio; Veracruz proponía muy poco; al 5’ tuvo un tiro al cuerpo de Alfredo Saldívar, por parte de Christian Pellerano, quien se encontró la pelota.
Los consecutivos avisos fueron a balón detenido. Universidad respondía con intentos de desbordes por parte de Gallardo, como al 23’ cuando se quitó a dos, llegó a la línea, pero su trazo no fue el adecuado para que el rematador encontrara la pelota.
Ambos, cuadro erráticos, sin confianza, que no se animaban a desequilibrar; Egea, por su cuenta, animaba cada que podía a sus futbolistas. Si Joffre Guerrón fallaba en una recepción de trámite para quedar solo frente a Melitón Hernández, el entrenador se limitaba a aplaudirle desde la zona técnica. Al 34’, luego de un cobro de esquina, José Antonio García quedó solo y remató en el área enemiga, disparo que agosto de 2017 VERACRUZ PUMAS apenas contuvo el cancerbero y que el mismo Joffre no pudo contrarrematar.
Ese fue el mejor aviso de un equipo sin grandes variantes. Los primeros 45 minutos de la gestión interina de Egea se consumieron de menos a más; Pumas cerró un lapso aceptable, buscando la portería y con estabilidad aceptable en la zona baja y el medio campo.
El cambio en el esquema lucía como solución a lo que se sufría en tiempos de Palencia… Pero ni esa mejoría logró que Adrián Luna se quedara a nada de inaugurar el marcador a favor del Veracruz, pero falló en un par de embates frente a Alfredo Saldívar, salvando Luis Quintana salvó sobre la raya,. Universidad seguía siendo un enigma, un equipo que no ofrecía garantías.
El segundo tiempo comenzó con intensidad para Veracruz. Jesús Gallardo replicó la acción de salvamento de Quintana, instantes antes y en la línea de cal de su arco evitó que cayera el primero para los Tiburones Rojos, luego de un tiro cruzado de Daniel Villalva. En los primeros instantes, el juego se llevaba a cabo en el área de Universidad Nacional, con un cuadro universitario replegado y a la espera.
El equipo de Egea requería de un revulsivo que despertara a una ofensiva que ya había realizado un gasto físico importante durante el inicio de la contienda. Los escualos seguían probando suerte en el ataque.
La insistencia encontró su recompensa para los de casa; en un tiro libre en los linderos del área de Pumas, Cristian Pellerano encontró la complicidad adecuada en Kristian Álvarez, que recentró la pelota y ésta llegó a Villalva, quien sin importar su baja estatura, encontró el gol buscado por Veracruz.
Egea respondió con Brian Figueroa como movimiento. El argentino reacomodó entonces su esquema, colocó al juvenil como referencia ofensiva, como nueve y por las bandas intercambió a Gallardo y Rabello, para que jugaran a perfil cambiado.
Al 74’, Van Rankin salvó el segundo ya cantado por Veracruz, una vez más conteniendo a Villalva; Pumas había perdido toda forma futbolística y también a Gallardo por expulsión.
Los dirigidos por Egea no lograron contener la presión de un sinodal voraz y ofensivo; con todo y el marcador en contra, sumando la tercera derrota en fila, la quinta en las primeras siete fechas, Universidad dejó en claro que la crisis se mantiene, a pesar de la ausencia de Paco Palencia. Queda mucha Liga y mucho por sufrir para Pumas.