La música, “arma fundamental”, dice Gabriel Hernández
Toca ritmos caribeños o jazzísticos, pero afirma que uno y el otro se mezclan al componer
Desde que empezó a estudiar en un conservatorio de música con tan solo siete años, Gabriel Hernández se fue volviendo un genio del jazz, trabajando con leyendas como Herbie Hancock y Ray Charles. Habiendo crecido en Cuba, su familia estaba repleta de músicos caribeños, lo cual ha influenciado su trabajo como pianista. Empezó participando en competencias de piano clásico, pero le atrajo el jazz porque dice que es un reto que disfruta; además, cuando era joven, todos los alumnos querían escuchar un programa de jazz que salía exclusivamente en Cuba a las 11 de la noche.
Usualmente toca música caribeña o jazz, pero afirma que la una se mezcla con la otra al componer. Describe su proceso de composición como nacido de los sueños, pues al ver o escuchar una pieza tocada en el piano, “despierta cierta cosa” inefable y amanece queriendo componer algo por el estilo. Aunque sus piezas integran un estilo particular de la región caribeña, Hernández considera que se disfrutan a escala internacional, ya que ha tocado en EU, Canadá, Japón y Marruecos, entre otros países. Recordó una gira reciente en Escandinavia donde incluso tarareaban su música. Compartió también una gira en la cual un trompetista, después de los conciertos, invitaba afectuosamente al público a continuar la fiesta en un club de jazz donde los músicos se formaban para subir al escenario y tocar hasta la madrugada. Una escena llena de vitalidad que él describe como “un laboratorio” que le permitía divertirse, improvisar y experimentar.
Reside en México desde hace 25 años, tantos que le parece “toda una vida”. Se refiere a México como su “segundo país” y dice encontrarse “muy contento y satisfecho” pues si viviera en Cuba “sería un poco más difícil”.
Su más reciente participación fue en el Jazz Fest en Real de Catorce, que él describe como un “lugar mágico”. Es claro para él que la “música tiene una fuerza trascendental” . Su alcance no solo es multicultural, sino también multigeneracional.
Al preguntarle sobre el rol del jazz en el mundo contemporáneo, donde las tensiones políticas permean el aire, afirmó que “la música es el arma fundamental” ya que podría ser “nuestro himno de unión”. m