Crean magia tras bambalinas en obra La jaula de las locas
La producción compartió detalles que forman parte de la puesta en escena que está próxima a celebrar sus 600 representaciones
El destello de la lentejuela, el sonido de los tacones, y el talento del elenco de La jaula de las locas, musical protagonizado por Mario Iván Martínez, brilla en el escenario con su excelsa producción la cual compartió a los medios los secretos tras bambalinas que hacen posible cada función.
Los productores de la puesta en escena, Juan Torres y Óscar Acosta, dieron un recorrido especial por el backstage de la obra en el Teatro Manolo Fábregas, recinto donde la producción decidió extender una corta temporada por 10 semanas.
En el escenario la perspectiva es diferente, se aprecian los rieles que cargan las distintas escenografías que dan contexto al musical, el camerino principal, con detalles femeninos y elegantes, el departamento de vestuario que alberga alrededor de 80 vestidos, 65 pelucas y alrededor de 100 zapatos, que destacan por su brillo o detalles bordados a mano y plumas de pavo real y gallo que adornan pelucas de cabello natural exportadas del extranjero.
“El vestuario es fundamental para nosotros, lo que muchos desconocen es que para nosotros fue un reto adaptarnos, los vestidos son de telas muy pesadas, tanto que en los primeros ensayos del Can Can, muchos nos deteníamos, porque no aguantábamos el peso de la falda; además, en algunos lapsos tenemos 35 segundos para cambiarnos de vestido, el secreto hacemos trenecito entre varios actores para ayudarnos”, comentó el actor Pablo Gutiérrez, quien da vida a Silvia.
En el camerino compartido los actores se alistan frente a los espejos, maquillándose con brochas profesionales, se miran entre sí, ríen y platican.
“El maquillista Bernardo Váz- quez nos dio un taller y cada quien se maquilla, algunos se tardan media hora, los más perfeccionistas más de una hora; lo más importante es el corrector que afina los rasgos”, declaró Pablo.