El presidente de EU ofrecerá una cena en Nueva York para 100 mandatarios como inicio a una semana de intensa actividad diplomática en la Asamblea General y donde el magnate debutará en la palestra internacional
Mañana en la noche
Donald Trump tendrá un papel central en la ONU la semana próxima, cuando los líderes de todo el mundo se reúnan en la ciudad de Nueva York, ansiosos por conocer cómo el presidente estadunidense piensa remodelar el rol de Washington en los asuntos internacionales.
Trump pronunciará su primer discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, que comienza este martes con la asistencia prevista de 129 jefes de Estado y de Gobierno.
El presidente francés, Emmanuel Macron, también hará su debut, al igual que el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, que lleva nueve meses en el cargo.
Pero todas las miradas estarán en Trump, cuya elección el año pasado fue descrita como un terremoto político por diplomáticos de Naciones Unidas. Las políticas poco claras de Estados Unidos en las crisis mundiales han complicado el trabajo de la organización.
Los amigos y enemigos de Washington lidian con las implicaciones de la política “Estados Unidos primero” de Trump, y su discurso será sometido a un severo escrutinio.
Se espera que Trump hable sobre todo para su base doméstica, reafirmando los temas que lo han tornado popular en EU, pero los diplomáticos no descartan algunas señales distintas, por ejemplo sobre cambio climático.
EU provocó la indignación mundial cuando anunció en junio pasado que saldría del Acuerdo de París, pero ese proceso llevará tres años, lo cual da tiempo para repensarlo.
El martes el presidente de Francia subirá al podio poco después de Trump y pronunciará un discurso que defenderá el multilateralismo y renovará su llamado a la acción para luchar contra el cambio climático.
Macron “puede dar a conocer una visión inspiradora de cooperación mundial para eclipsar al presidente estadunidense”, sugiere Richard Gowan, experto en la ONU del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Durante el sinfín de encuentros bilaterales, las pruebas nucleares y de misiles de Corea del Norte estarán en debate tras la decisión de Rusia y China de apoyar un intento estadunidense de que la ONU sancione más duramente a Pyongyang.
Está previsto que el canciller norcoreano, Ri Yong-ho, defienda la campaña nuclear de su país en su discurso el viernes.
Sobre Siria, los aliados presionarán a Trump para que tenga una estrategia que vaya más allá de liderar la coalición que lucha contra el grupo Estado Islámico (EI).
Además, habrán llamados de los socios de Washington que firmaron el acuerdo nuclear con Irán para salvar este pacto. La situación de los musulmanes rohinyá de Birmania, que están huyendo de una campaña militar en el oeste del país, también será discutida.
En cuanto a América Latina, la seria crisis política en Venezuela y la misión de la ONU en Colombia que acompaña el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC también centrarán las discusiones de los líderes, dentro y fuera de la Asamblea General. El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, pronunciará su discurso el viernes.
Mañana, antes de que comience la Asamblea, Trump será el anfitrión de una cena con unos cien líderes mundiales donde se debatirá la reforma de la ONU, un evento al que asistirán la embajadora estadunidense ante la organización, Nikki Haley, y Guterres.
EU, el principal financiador de la ONU, ha amenazado con recortes profundos. Haley estuvo detrás de un recorte de 600 millones de dólares efectuado al presupuesto de las misiones de paz de la ONU este año.
El jefe de la ONU dijo esta semana que esperaba un mensaje “constructivo” de Trump sobre la organización, que el presidente comparó en el pasado con un “club para que la gente pase un buen tiempo”. m