Milenio

Lo mejor de Cruz Azul está por venir

- Minelli Atayde/Ciudad de México PACO JÉMEZ LA LA

ACruz Azul le llegó su tercer triunfo en el torneo. Un respiro en medio de tanta crítica por los seis empates que sumaba. Además, también fue un pacto de tranquilid­ad para Paco Jémez, a quien ya se le veía bastante estresado.

Respecto a este triunfo, Jémez destacó que lo mejor de su equipo está por venir. Apenas se ha jugado medio torneo y los cementeros pueden dar una versión superior.

“Las cosas se pueden hacer bien las cosas, Cruz Azul está en un gran momento sobre todo en el entendimie­nto de juego. No siempre lo que se plasma en el terreno de juego se ve en los resultados. En este momento estoy muy contento, pero insisto en que tenemos margen para mejorar”.

Sobre algunos conflictos que hubo con la banca de Santos, mencionó que “es normal que esto se encienda. Yo solo me acerqué, y lo puede corroborar Galindo porque estaba cerca, para calmar un poco el ánimo de sus jugadores, porque pensé que era una situación en la que podía haber más expulsado todavía. Hablé con el Chepo y se lo expliqué”.

Agregó que, “en ningún caso me acerqué para calentar más los ánimos. En ningún caso yo le faltaría el respeto al técnico o a los jugadores del equipo contrario yendo a su zona, yo no soy así. Pero entiendo que entre todo esto, alguno pudiera pensarlo”.

JÉMEZ NO DEPRECIA LA COPA, PERO…

El próximo martes, la Máquina enfrentará al América en los octavos de final de la Copa Mx. Un duelo muy conocido, de mucho roce, de rivalidad entre aficiones y de viejos dolores, sobre todo para los de azul. Aunque Paco Jémez quería saborear el triunfo ante Santos, y ya mañana pensar en las Águilas, se le insistió en el tema, y accedió a contestar.

“Para nosotros, sea la competenci­a que sea, siempre vamos a dar el máximo, porque es nuestra obligación. Entendemos que este partido tiene otra connotació­n para nuestra afición, para la suya,

En una tierra de boxeadores, de una leyenda viviente como el incomparab­le Julio César Chávez o de ese portentoso Salvador Sánchez tan prematuram­ente desapareci­do, entre otros peleadores mexicanos de primerísim­o nivel que han destacado a nivel mundial, la figura del Canelo Álvarez no termina de resultarno­s del todo categórica a los aficionado­s.

Algo está ocurriendo en el mundo del pugilismo nacional que, de pronto, los dos personajes más visibles en el escenario —el mentado Saúl Álvarez y Julio César júnior— están, ambos, bajo sospecha de haber construido sus carreras al amparo de unos manejadore­s que les hubieran agenciado peleas a modo, algo así como esos empresario­s que les aseguran toros sin cornamenta­s afiladas y sin mayores bravuras a sus pupilos los matadores, para que pudieran acumular victoria tras victoria con la relativa comodidad de no jugarse el todo por el todo ante un rival de verdaderos tamaños.

En fin, a lo mejor es un signo de los tiempos. Justamente, Floyd Mayweather hubiera tal vez podido retirarse con más gloria —aunque probableme­nte sin ese palmarés tan apabullant­e de 50 peleas ganadas— si se hubiera enfrentado cabalmente a un boxeador en toda la línea en vez de escenifica­r lo que, para algunos críticos, fue una auténtica mascarada. ¿Qué hay detrás de esto? Pues, muy sencillo: la caja registrado­ra, señoras y señores.

Pero, entonces, ¿no estamos viendo combates reales entre adversario­s del mismo calibre? Es difícil hacer una afirmación en este sentido luego de apreciar la grandeza, ahí sí, de un Manny Pacquiao, más allá de las polémicas que suscitaron sus primeros encuentros contra Juan Manuel Márquez (otro grande: mis respetos, señor).

Lo que sí podemos decir es que el boxeo no es la actividad más transparen­te del mundo, ni mucho menos: a medio camino entre el espectácul­o y la hazaña deportiva, lo que hay detrás es toda una industria de entretenim­iento avalada por “asociacion­es”, “consejos” y otros entes que no sólo manejan discrecion­almente a sus peleadores sino que reparten títulos certificad­os por ellos mismos. Las decisiones de los señores jueces en incontable­s peleas resultan tan extrañísim­as que en verdad no sabemos si esto, lo de que dos hombres se suban al ring para desplegar sus habilidade­s en deporte de durísimas exigencias físicas, es una verdadera competenci­a u otra muestra más de la injusticia del mundo.

La pelea Canelo-Golovkin es, de cualquier manera, cosa seria. Ahí habremos visto, ahora sí, de qué cueros están hechas las correas. pero no lo vamos a encarar de distinta manera. La profesiona­lidad para este partido tiene que ser la misma que cuando vayamos a Querétaro, lo único que tenemos que valorar es cuánto tenemos para competir el martes y cuánto tenemos para competir el sábado”.

Y es que, el estratega fue muy claro respecto a lo complejo que será esta semana, porque no quiere desgastar a sus jugadores. El español anhela seguir con buen paso en la Liga Mx, y de ahí que no sea tan sencillo mandar a sus mejores hombres a la Copa Mx.

“En el momento en el que estamos, nosotros no vamos a despreciar la Copa, en ningún caso, pero está claro que nuestro gran objetivo sigue siendo la Liga. Valoraremo­s todos los aspectos para sacar el mejor once en este siguiente partido”.

Entrenador de Cruz Azul

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Festejo de los jugadores de Cruz Azul por el gol de Giménez
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Paco Jémez

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