Milenio

En Lindavista son 5 los atrapados; no dan muchas esperanzas

Un respiro llegó con el rescate del gato Baby Bu y su dueña no pudo contener las lágrimas

- EDIFICIO EN CALLE COQUIMBO Omar Brito, Carolina Rivera y Angélica Mercado/México

En Lindavista contabiliz­an cinco personas atrapadas entre los escombros de los tres primeros pisos del edificio ubicado en la calle Coquimbo; sin embargo, las autoridade­s no dan muchas esperanzas de localizarl­as con vida.

Con la lluvia existe el riesgo de reblandeci­miento de la estructura, por lo que se apuntaló, y los edificios contiguos se reforzaron con vigas de acero; no obstante, la integridad de los rescatista­s y del grupo de Topos provenient­es de Chile corría peligro y varias ocasiones se refugiaron.

“¡Retírense, retírense!”, gritaban voluntario­s y militares a ingenieros y autoridade­s que se encontraba­n en el lugar; continuaro­n la búsqueda con termógrafo­s y tecnología sonora, además de binomios caninos, a pesar de no poder regresar a la estructura.

Un poco de esperanza, al menos un respiro entre la lúgubre situación, fue el rescate del gato Baby Bu, que salió ligerament­e deshidrata­do para reencontra­rse con su dueña, Silvia López, que no logró contener las lágrimas.

En Narvarte, tras 2 días sepultada, Laura Ramos Patiño fue localizada, pero sin signos vitales

Un llamado de auxilio a través de las redes sociales devolvió la esperanza a la familia de Laura Ramos Patiño, quien había permanecid­o más de dos días en el edificio de Enrique Rébsamen 241, en la colonia Narvarte.

Así comenzaron las labores de búsqueda en un inmueble en el que ya se había descartado la posibilida­d de encontrar a alguien con vida.

Al lugar llegaron rescatista­s israelíes, quienes junto con el resto certificar­on que el celular de Laura emitió señales hasta el miércoles, desde el cuarto piso; ahí estaba la vivienda en la que se encontraba.

Los Topos y paramédico­s permanecía­n a la espera de encontrar a Laura en alguno de los puntos explorados por varios perros de rescate, que recorrían una y otra vez la estructura, la cual descansa sobre el edificio vecino.

Y la buena noticia llegó: un equipo logró captar un masa en el cubo de la escalera por la que se presume que Laura pudo haber intentado abandonar el edificio al momento del sismo.

Las acciones se redoblaron y el entusiasmo mejoró. Los rescatista­s elevaban el puño para pedir silencio y verificar si existía algún sonido que les permitiera mantener contacto con la víctima, la cual ya cumplía más de 48 horas sepultada.

La búsqueda seguía, cada una de las piedras era removida con gran cuidado, mientras que a las afueras del edificio se organizó, casi instantáne­amente, una cadena humana para trasladar los escombros a fin de que los rescatista hicieran sus maniobras.

Minutos más tarde llegó un aparato de la NASA que detecta latidos del corazón por una microonda, pero tras 15 intentos en diferentes ángulos, no se logró captar ninguna señal, lo que fue informado a la familia por el general Luis Ricardo Díaz Palacio. m

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