Milenio

Se inicia la mudanza en la Roma, Narvarte y Del Valle

- VACÍAN INMUEBLES RESQUEBRAJ­ADOS Angélica Mercado, Karina Palacios y Fernando Damián/México

En el corredor capitalino dañado por el terremoto, la Roma, la Narvarte y la Del Valle, los vecinos ya pagaron sus mudanzas y se van.

No solo tienen miedo a perder la vida ante un nuevo sismo, pues aunque han montado vigilancia a la puerta de sus inmuebles derruidos, la falta de vigilancia policiaca ha facilitado la rapiña.

Se quejan de que la autoridad no ha acudido a hacer los peritajes que les permitan regresar o sacar sus propiedade­s y no saben si quedarse o irse. Algunos se arriesgan a entrar entre escaleras resquebraj­adas a sacar lo que pueden. “Cogí lo que se pudo y ahorita ya se robaron cosas”, narra Sofía Garita, del edificio de Morelia 107, mientras recupera algo de ropa para mudarse con familiares. “Hasta la ropa interior se han robado”, se queja Lali, su roomie junto con Dana, una pequeña que abraza su peluche de una vaquita azul. “Es la que más quiero”.

No hay escaleras al quinto y sexto pisos de ese edificio naranja frente al Jardín Pushkin. Se cayeron. Está piloteado, pero no hay peritaje oficial. Aun así Carlos, del segundo piso, pagó la mudanza. Se va a reubicar “por aquí cerca”.

“Se quiere ir a Cuernavaca”, refiere Alejandro, el chofer de la mudanza que a la 1 de la tarde ya llevaba tres servicios.

Suena su celular. “¡Ah sí, a las 8 podemos llegar y darle el servicio. Aquí espero su llamada”. Y se alista para otra mudanza.

En Narvarte y la Del Valle también los vecinos se arriesgan a sacar sus pertenenci­as. “Señora si entra lo hará bajo su propio riesgo, la loseta sigue cayendo”, le grita un voluntario a la administra­dora del edificio de 13 pisos en Gabriel Mancera . Ella entra. Va por sus credencial­es y ropa “Si tú estuvieras en mi situación, ¿qué harías?”

Los edificios localizado­s en los cruces de Sonora con avenida México y Sonora con Amsterdam fueron desalojado­s desde la noche del martes y quedaron bajo el resguardo del Ejército.

En Sinaloa 93, en la Roma Norte, se constató el agrietamie­nto de paredes, deterioro de escaleras y hasta la caída de un tanque de gas estacionar­io sobre el cofre de una camioneta en el garaje. m

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