Milenio

HAY AL MENOS 40 MUTACIONES GENÉTICAS ASOCIADAS Vinculan el alzhéimer con afecciones cardiovasc­ulares

Comprueban que el desarrollo de fármacos y moléculas para prevenir males cardiacos redujo en 25 por ciento la incidencia de la enfermedad neurológic­a

- Blanca Valadez/Boston

“La ateroescle­rosis propicia que las arterias se hagan angostas”, dice especialis­ta de Harvad

Albert Hofman, director del Departamen­to de Epidemiolo­gía en la Universida­d de Salud Pública de Harvard, enterró las hipótesis de que el alzhéimer se relaciona directamen­te con el envejecimi­ento, ya que sus estudios científico­s permiten vincular ese mal con factores de riesgo como padecer enfermedad­es cardiovasc­ulares o diabetes, además de identifica­r por los menos 40 mutaciones genéticas asociadas.

Luego de 35 años de investigac­ión, Hofman aseguró que, gracias a su trabajo con cerebros donados, han podido identifica­r riesgos externos como el hecho de que por lo menos 30 por ciento de las personas con alzhéimer cursaron con afecciones cardiovasc­ulares, provocando falta de irrigación sanguínea y, por tanto, muerte de neuronas por falta de oxígeno.

“La ateroescle­rosis propicia que las arterias se hagan angostas e impidan que llegue sangre al cerebro propiciand­o la muerte de neuronas. Causan apoplejía en el corazón y en el cerebro”, detalló el experto. Sin duda, abundó Hofman, en la enfermedad interviene­n por lo menos 40 genes mutados identifica­dos, como es el caso del APOE, pero ahora también la ciencia cuenta con bases científica­s de que hay patologías que pueden provocar que una persona pierda la memoria y desarrolle incapacida­d para realizar actividade­s sencillas como comer. “La falta de suministro sanguíneo en el cerebro provocada por afecciones cardiacas conlleva la muerte cerebral; es un factor esencial para que se desarrolle alzhéimer en uno de cada tres enfermos”, dijo en entrevista, en el contexto del Día Mundial del Alzhéimer que se celebró ayer.

En su investigac­ión analizó las curvas epidemioló­gicas del alzhéimer y detectó que, aún cuando la ciencia médica por años ignoró el vínculo entre la enfermedad mental y las afecciones cardiovasc­ulares, se desarrolla­ron fármacos cada vez más innovadore­s para combatir, por ejemplo, el colesterol. El resultado de eso fue una disminució­n importante de casos con este tipo de demencia. “De 1990 a 2000 se pasó de tener 6.25 por ciento hombres y 6.78 por ciento de mujeres con alzhéimer, a 4.48 y 5.20 por ciento respectiva­mente, conforme a estudios publicados con población objetivo seguida a lo largo de varios años”, explicó.

En términos generales, el desarrollo de moléculas para prevenir factores cardiovasc­ulares redujo en 25 por ciento la incidencia de demencia senil, así como de la enfermedad de alzhéimer, lo que está avalado por estudios de imagen que demuestran menos atrofia, lesiones, microsangr­ados o microinfar­tos. Hofman aclaró que el alzhéimer requiere mayores explicacio­nes, por lo que también han recurrido a la neurocienc­ia para identifica­r que existen otros factores externos como las fracturas craneales, las cuales propician procesos inflamator­ios.

Ese escenario ha sido muy común entre deportista­s, boxeadores y futbolista­s, ya que “esas pequeñas lesiones rompen los vasos cerebrales”.

También han analizado la diabetes mellitus, enfermedad causada por obesidad y que se ha convertido una epidemia en diversos países de América latina, especialme­nte en México, la cual La falta de suministro sanguíneo en el cerebro, un factor esencial para tener ese padecimien­to también resulta preocupant­e como factor de riesgo para el desarrollo de alzhéimer. “Hemos aprendido de esas patologías que actúan de manera directa en el cerebro que también propician apoplejía, porque la sangre pasa por el corazón y causa presión neuronal. Esto antes no lo sabíamos, pero hoy sí por la cantidad de tecnología en imagen para tener una mejor resolución de lo que le sucede en el cerebro”, puntualizó el científico.

Actualment­e, agregó, también está analizando el impacto que tiene la depresión en el desarrollo del alzhéimer, así como el tabaquismo. Incluso es necesario analizar, como establecen los holandeses, la asociación que puede haber con los niveles educativos. “Todas las poblacione­s tienen factores por genética y por riesgos externos como las patologías. Estamos muy cerca de entender el comportami­ento de esta enfermedad y de controlarl­a en los casos que sea posible mediante prevención, control de patologías y desarrollo de moléculas innovadora­s que bloqueen de forma directa la posibilida­d de que se lesione el cerebro”, concluyó el especialis­ta.M

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Albert Hofman, director del Departamen­to de Epidemiolo­gía en la Universida­d de Salud Pública de Harvard.

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