Hasta que se desFonden
Me saca de onda la falta de confianza en las instituciones ante la contingencia que vivimos los mexicanos. Y no solo la ciudadanía molesta e inquieta por su incierto destino después de huracanes y temblores, sino también los políticos de oposición instalados en Morena o en Frente que, tristemente, suponen que el PRI va a sacar provecho de las circunstancias como esos atracadores de pipas de agua en Iztapalapa, miserables que interceptan camiones con apoyo para los damnificados, o los constructores que amparados en las letras chiquitas dejan en el desamparo a quienes tuvieron el mal tino de comprarles departamentos a precio de oro y hechos con las patas.
¡O sea, por dios!, como si Javidú estuviera a cargo del Fonden! Bueno, parece que están esperando a que Betito Borge arregle sus problemas y su huelga de hambre para ofrecerle el puesto. Si el gobierno pudiera resolverlo todo y fuera omnipresente-omnipotente y fuera el feliz poseedor de los superpoderes de Clark Kent, no recurriría con toda serena y parsimoniosa humildad al Twitter de Presidencia para solicitarle al culto y solidario público mexicano un mendrugo de ayuda (colchonetas, cobijas, colorcitos, agua, palas y demás), para que luego los canallas se burlaran vil y gachamente de tan noble y urgente iniciativa.
No se vale. Como si no tuvieran suficientes problemas con las exigencias de los damnificados que, por alguna extraña razón, ya se cansaron de dormir a la intemperie con la incertidumbre de un futuro sin patrimonio, el gobierno tiene que lidiar con la incomprensión.
Digo, está bien de que no parece haber un plan concreto para sacar al buey de la barranca, ni una intención para reconstruir las ciudades y los poblados dañados con alguna lógica verdaderamente urbanística, sensible, inspirada en lo mejor de la Bauhaus o del funcionalismo que sí funcione y sea humanista, pero no es como para maltratar a los funcionarios ni muchos a los hoy tan socorridos directores responsables de obra que están aprovechando saludablemente sus 15 minutos de fama y fortuna.
Fortuna la de tener instituciones como la Federación Mexicana de Futbol, que cuando da, da a manos llenas, pues donará 7 millones de pesos para la reconstrucción aún y cuando podrían poner en peligro sus finanzas.
Mayor sacrificio se vio en el doctor Mancera, que donó mil pesos a la causa.
El Fonden y las víctimas puede estar tranquilos. M